Después de una extraña serie de disparos nocturnos contra el convento de las Benedictinas de María en una zona rural de Missouri, los católicos norteamericanos están respondiendo a la petición de ayuda de esa comunidad de monjas.
«Llegan noticias realmente horripilantes de las Benedictinas de María», tuiteó el columnista Matthew Walther el pasado martes Santo. «Estas buenas hermanas son siempre dignas de apoyo, pero lo necesitan ahora más que nunca».
«Parece que la noticia del reciente incidente en nuestra Abadía se está difundiendo rápidamente, ya que hemos recibido un gran número de correos electrónicos en estos últimos días asegurándonos oraciones y apoyo«, decía un comunicado de las Benedictinas de María Reina de los Apóstoles en Gower, Missouri.
A última hora de la noche del 24 de marzo, «muchas hermanas en la Abadía escucharon fuertes disparos«, explica la carta. «Algunas de las hermanas se levantaron, pero pronto volvieron a dormir, ya que lamentablemente nos hemos insensibilizado a causa de los numerosos incidentes en torno a nuestro monasterio«.
A la mañana siguiente, sin embargo, «la Madre Abadesa descubrió dos agujeros de bala en su dormitorio«, continuaba la carta:
“Una bala había entrado por la pared exterior, hizo un agujero bajo el cuadro del Sagrado Corazón y siguió penetrando por la pared directamente opuesta, siendo detenida por la pared de la ducha en su otro lado. La Madre Abadesa estaba durmiendo a poca distancia de la trayectoria de la bala”.
El incidente tiene desconcertada a la policía local. Además, se trata del tercer suceso de este tipo que se produce durante la Cuaresma de este año, «con otros agujeros de bala observados por la policía en la jamba de la puerta del comedor contiguo a la iglesia de la Abadía, y en la piedra de la propia iglesia«.
La madre abadesa declaró que el tiroteo era sólo la última agresión hacia las monjas en la década que llevan residiendo en la abadía. La cercana ciudad de Gower tiene una población de poco más de 1.500 habitantes; la propia abadía se encuentra a las afueras del pueblo, cerca de la intersección de dos carreteras.
«En agosto de 2019, alguien condujo hasta nuestra propiedad y disparó durante unos 45 minutos, incluso disparando directamente hacia dos hermanas. No pudieron ver al tirador, pero escucharon las balas pasar zumbando junto a ellas«.
Incluso antes de que las monjas llegaran a Gower, fueron objeto de acoso y violencia por parte de la comunidad: «Incluso antes de trasladarnos aquí, erigimos un santuario con una estatua de Nuestra Señora de Lourdes en nuestra propiedad. Descubrimos que le habían disparado en la barriga«.
Desde que las hermanas se mudaron, algunos coches se detienen para observar a las monjas mientras trabajan y «gritarles obscenidades, tocando la bocina al pasar«.
Este acoso se convirtió en un tiroteo en 2019, y en tres tiroteos más durante esta Cuaresma.
La policía no tiene «ninguna pista«, informan las benedictinas, «aunque los policías locales están trabajando con diligencia para encontrar al autor«, y «también están manteniendo una vigilancia extra alrededor de nuestra zona.»
«Este tipo de situaciones, aunque muy perturbadoras, son muy buenos recordatorios para hacer caso a las palabras de San Benito de ‘tener la muerte cada día ante los ojos’«, han manifestado.
CV NEWS/Infocatolica.