En un intento por liderar a los populistas de Latinoamérica y ante el desgaste del Foro de Sao Paulo, Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández formaron un nuevo eje con una agenda propia.
El anuncio fue la culminación de la visita a México del mandatario argentino, la cual estuvo plagada de simbolismos y reveló la sincronía política entre ambos gobiernos.
Declaraciones y símbolos
Los discursos y las intervenciones públicas de los dos mandatarios perfilaron un mismo molde: una revancha histórica contra los conservadores y el neoliberalismo; una confrontación constante con los opositores; un rompimiento del orden actual y las promesas de futuro para los pobres.
Para ello eligieron fechas significativas en la historia de México, la ceremonia por el 108 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero y la ceremonia de celebración del bicentenario de la proclamación del Plan de Iguala y Día de la Bandera, amén de la asistencia del visitante a la conferencia matutina en Palacio Nacional.
Parte del montaje fueron los planteamientos de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente López Obrador, en su calidad de coordinadora de Memoria Histórica y Cultural de México en donde reiteró que la prensa solo ha sido tan vil con su esposo como lo fue con el prócer de la democracia mexicana.
Ella señaló a la prensa como el “enemigo más vil y perverso” que tuvo Madero y citó frases lapidarias de dos autores de sendas obras sobre el tema.
«Ellos (la prensa) no pudieron perdonarle el insulto que Madero les infirió al juzgarlos hombres dignos, capaces de usar, con espíritu civilizador una libertad que no habían sabido conquistar.
«Añoraban el látigo y las cadenas, porque, como los esclavos, en quienes hasta el instinto de libertad ha muerto, una vez mal omitidos quedaban expuestos a morirse de hambre. Y como Madero no pudo permitir que subsistiera el corruptor fondo de los reptiles, estas escupieron todo el veneno de su ruin naturaleza sobre la antes inmaculada reputación del que venía a sanear un ambiente saturado de abyección y servilismo».
El otro momento estelar de la visita fue la ceremonia en Iguala, la cual se realizó con una manipulada interpretación histórica de parte del presidente mexicano.
López Obrador insistió en el asedio en que la prensa mantuvo a Madero y la acusó de haber creado las condiciones para su asesinato.
Esas palabras fueron el marco para que el argentino hiciera un llamado a la unidad latinoamericana inspirada en los héroes oficiales de las independencias del siglo antepasado. Al final se dio a conocer el acuerdo.
La agenda populista
Creado en 1990, el Foro de Sao Paulo encontró al paso de los años en el finado Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro a sus impulsores principales, pero el descrédito mundial del régimen venezolano llevó a la falta de cohesión al Foro.
Con planteamientos más rígidos, el llamado Socialismo del Siglo XXI, avanzó en el terreno de las alianzas con Cuba, Irán, Rusia enemigos estratégicos de Occidente.
Personajes que llegaron a inicios de la década pasada al poder en Sudamérica arropados por Chávez y que defendieron esos postulados y acciones provocaron un rechazo en sus países.
Hace pocos años, liderados por Cuauhtémoc Cárdenas, algunos han intentado reposicionar al populismo vía el llamado Grupo Puebla.
Ahora, el eje López-Fernández, formaliza un acuerdo del que destacan algunos puntos que buscarán aprovechar sus gobiernos en medio de severas crisis como la económica en Argentina y la sanitaria en México:
La creación de un bloque regional opositor a la OEA. Piden que las Misiones de Observación Electoral de la OEA se apeguen estrictamente a criterios técnicos objetivos, así como en fortalecer las capacidades nacionales en materia electoral. «Los mandatarios pusieron de relieve el peligro de que estas misiones extralimiten sus facultades y alcances, y evitar que se repita lo ocurrido en Bolivia en 2019. Acordaron seguir con atención los procesos electorales en la región, como el que se desarrolla actualmente en Ecuador, haciendo votos para que éste culmine en tiempo y forma, y se garantice la continuidad democrática.
En su intervención en la mañanera, Fernández narró cómo él inició, junto con Marcelo Ebrard, la operación para sacar a Evo Morales y traerlo a México.
Ofrecen liderar a los afines políticos. Reafirmaron su compromiso de seguir fortaleciendo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, a través de la ejecución del plan de trabajo que estableció la presidencia pro témpore de México para 2021.
Usan el tema de las vacunas para sus fines políticos. Proclaman el acceso universal a las vacunas y prometen luchar por lograr la autosuficiencia en la materia.
Dan su respaldo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al mecanismo Covax como instrumento multilateral de acceso equitativo a los biológicos, se congratulan por los acuerdos alcanzados con la Fundación Slim para distribuir la vacuna de AstraZeneca en la región.
Se comprometen en avanzar en la consolidación de políticas en materia de género. Argentina acaba de legalizar el aborto en medio de una gran inconformidad social y en México lo grupos radicales de Morena, apadrinados por Olga Sánchez Cordero y aliados con fuerzas de MC y PRD tienen varias iniciativas bajo proceso en el Congreso federal y en varias legislaturas locales.
Incluyen el inicio de conversaciones entre ambos gobiernos en septiembre de este año para firmar un acuerdo comercial integral y ambicioso.
También, el gobierno de López Obrador respaldó al gobierno de Fernández en sus legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
De sus resultados y aliados habrá que estar pendientes.