La Semana Santa es más que…’vacaciones’.

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La Semana Santa es uno de los periodos vacacionales más esperados por todos los vacacionistas, ya que es la oportunidad ideal para alejarse de las grandes ciudades y pasar algunos días en la playa, en el destino preferido (El Universal).

Los estados del país prevén una ligera recuperación económica en estas vacaciones de Semana Santa; sin embargo, lanzan una serie de restricciones para el turismo nacional y extranjero. Los turistas tendrán que someterse a las reglas implementadas por los destinos de playa, centros turísticos o religiosos que fueron implementados por los gobiernos locales para evitar la propagación del COVID-19. Sin embargo, la pandemia también afectará esta temporada alta del año por el cierre de varios destinos para que no haya un tercer brote en el país. Otros sitios turísticos han optado por la apertura, pero con estrictos lineamientos de seguridad y prevención.

Desde un punto de vista religioso la Semana Santa o como algunos le dicen la Semana Mayor se apertura con: El Domingo de Ramos que abre solemnemente la Semana Mayor, con el recuerdo de las palmas y de la Pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén quien evoca la Pasión del Señor.

-Hosanna al Hijo de David. -Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel. -Hosanna en el cielo. “Hosanna” significa “sálvanos ahora”, fue la exclamación de alabanza reconociendo a Jesús como el Mesías en su entrada triunfal en Jerusalén.

Con el Jueves Santo se da inicio lo que se llama el Sagrado Triduo Pascual, en que Cristo murió, descansó en el sepulcro y resucitó de entre los muertos, constituye el punto culminante de toda la fe. Es un triduo de la pasión, muerte y resurrección, que abarca la totalidad del misterio pascual. Cristo redimió al género humano y dio perfecta gloria a Dios principalmente a través de su misterio pascual: muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida. El triduo comienza el jueves santo y alcanza su cima el viernes con la celebración de la Pasión de Cristo y cierra con las vísperas del domingo de pascua (Vigilia Pascual en sábado). Este triduo está formado por tres días: viernes santo, sábado santo (que es silencio, la espera) y el domingo de resurrección.

El jueves santo es donde mejor se expresa lo que vivió Jesús “sabiendo que había llegado su hora… habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo”. Lavar los pies es un signo que normalmente sólo hacían los esclavos, y Jesús lo hace como un signo de amor y de servicio. Luego dirá: “Les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como yo los he amado”.

Un Dios que te lava los pies, los estrecha con amor y los besa, aunque seas Judas que lo entregó, o Pedro que lo negó. Y su conclusión es muy clara: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien porque lo soy. Si yo el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros”.

Al jueves santo también se le llama “la cena del Señor” porque es cuando Jesús instituye la santa Eucaristía. Jesús en la Última Cena dijo: “Hagan esto en memoria mía”, estas palabras eran dirigidas a los apóstoles que en aquel preciso momento fueron ordenados sacerdotes por el mismo Cristo.

En el vienes santo se celebra el misterio de la muerte de Cristo. Sabemos que no lo mataron por casualidad, ni por ignorancia, sino tanto los sumos sacerdotes como el gobernador Poncio Pilato lo acusaron de alterar el orden público y amenazar el sistema de nominación romano y por haberse nombrado Hijo de Dios.

Aún no alcanzamos a dimensionar el sufrimiento en la pasión. Jesucristo desde “La agonía en el huerto de los Olivos”, la condenación: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!; pasando por la flagelación atado a la columna, la coronación de espina, el camino al Calvario cargando con la cruz por todos los pecados de la humanidad y entregando su vida para la salvación, este misterio de La pasión, La muerte en la cruz y La resurrección es el culmen de la fe de los que creen.

El sábado santo durante este día, se permanece en ayuno y oración, junto al sepulcro del Señor meditando en la pasión y muerte, así como su descenso al lugar de los muertos, en la espera de la resurrección.

Y se culmina con la vigilia pascual. ¡Éste es el día del triunfo del Señor! ¡Aleluya!

Después de un tiempo de arduo trabajo y con el encierro provocado por la pandemia se antoja unos días de esparcimiento, teniendo en cuenta todas recomendaciones sanitarias que las autoridades por medio del sector salud y del gobierno nos dan. ¡Felices vacaciones!

 

RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

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