El PSOE de Alcalá de Henares (formación que obtuvo un tercio de los votos en las últimas elecciones municipales) arremetió el 23 de marzo contra la carta del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, en la que había criticado la ley de eutanasia, otras leyes contrarias a la vida y la familia, y había señalado la ineficacia y ambigüedad de la Constitución en estos temas.
«Avanzada la llamada transición política, y con una Constitución española llena de ambigüedades, las fuerzas laicistas unidas a las fuerzas políticas partidarias de la relativización cultural, moral y religiosa de nuestro pueblo, han conseguido, – con la aprobación de leyes que permiten destruir la vida por nacer, tanto en el seno materno como en los laboratorios, y ahora con la aprobación de la Ley de la eutanasia, – convertir a España en un “campo de exterminio”, decía el texto del obispo que se puede leer aquí.
El Partido Socialista local, quizá por el marco de las elecciones autonómicas madrileñas, en el que los socialistas buscan atraer el voto de la izquierda populista, lanzó un comunicado agresivo contra el obispo, exigiéndole «perdón por sus inaceptables declaraciones» y «que deje de proferir sus ya demasiado habituales exabruptos verbales«.
El partido que implanta la eutanasia acusa al obispo de «polemizar, polarizar y dividir» en vez de «avanzar y profundizar en la concordia que predica la fe cristiana».
Que el tema no es meramente municipal lo ilustra el hecho de que se haya hecho eco incluso Televisión Española, controlada férreamente por la alianza PSOE-Podemos.
Por su parte, el obispado de Alcalá de Henares ha decidido no callar sino responder ante la agresividad del Partido Socialista local con otra nota. Ya en ocasiones anteriores, la prensa anticlerical, memes y sitios de fakenews y lobbies han tergiversado tramposamente las palabras de este obispo, con bulos que la diócesis desmiente sistemática y documentadamente en su web.
Así, la diócesis responde:
– que las afirmaciones del obispo son respetuosas y van referidas a las leyes y actuaciones que las promueven y que considera inadecuadas.
– que la referencia a España como “campo de exterminio” va circunscrita a los espacios donde se produce la muerte de inocentes: en el seno de la madre, en los laboratorios, en las llamadas “clínicas del aborto” y en los centros de salud ahora también con la eutanasia.
– que «respetar la Constitución Española no significa sacralizarla. Esta es una obra humana perfectible. ¿Qué contiene ambigüedades y permite desarrollos legales no deseables? Como muestra un botón. El Artículo 15 de la Constitución Española reza así: “Todos tienen derecho a la vida”. Sin embargo, esto ha significado la aprobación de la ley del aborto que destruye la vida humana inocente, la destrucción de embriones humanos, su manipulación y, ahora, la decisión de matar a adultos en fase enferma o terminal. ¿Es esto respetar la vida humana y protegerla?»
– que al Estado «le corresponde el cuidado y protección de las personas a través de los centros de la salud. Ejercer lo contrario desvirtúa el acto médico (curar, cuidar, asistir, etc.) e implica desertar de manera ilegítima de su misión protectora».
– que la expresión “nuevos bárbaros embriagados de poder” se refiere «en lenguaje figurado» a quienes «no respetando los bienes indisponibles de la humanidad (el derecho a la vida, el no ser sometido a la esclavitud o a la tortura, etc.) promueven la destrucción de los bienes fundamentales de la persona humana. No podemos olvidar que el Concilio Vaticano II, calificó los atentados contra la vida y, especialmente el aborto, de crimen abominable» (en la Gadium et spes, 27 y 51).
– que «son muchos los años que el obispo de la Diócesis soporta con paciencia acusaciones infundadas que no pueden encontrar fundamento en ninguno de sus escritos, homilías, etc.: “que es homófobo”; “que sueña en ver a todos los gais en el infierno”; “que no respeta a las mujeres”; “que cuando celebra a los mártires es un acto franquista”, etc. Son falsedades repetidas hasta la saciedad sin ninguna base. Es más, aprovechándose de estas mentiras, sin contrastar con el interesado, se produjo un acta de reprobación en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares».
[De hecho, reprobación en 2014, y prohibición de su asistencia a actos municipales en 2012, en ambas ocasiones con los votos de PSOE, IU y UPyD]
– «resulta increíble que quienes conocen al obispo, persona amable y colaboradora con todas las iniciativas de Alcalá de Henares, puedan tener una mirada tan ideológica sobre su persona y su ministerio episcopal», añade la nota del obispado
– y finaliza con un deseo: «ojalá juntos, sin rechazar a nadie, podamos lograr hacer de Alcalá de Henares el “pueblo de la vida”. Que los Santos Niños Justo y Pastor intercedan por nosotros».
Se da la circunstancia de que casi ninguna diócesis española ni obispo ha respondido a la aprobación de la eutanasia con una declaración firme de cierta extensión: la mayoría de los obispos españoles han callado o, como mucho, han publicado un breve tuit o mensaje en redes al respecto. En este sentido, la nota contundente de la diócesis de Alcalá ha marcado una diferencia.
P.J.Ginés/ReL.