Los obispos mexicanos reprobaron la conducta de los diputados de todos los partidos políticos (PAN, PRI, PRD, MORENA. PT, PVEM, MC), ya que a pesar de “la gravedad de la situación” que vive el país, han impulsado “agendas ideológicas” para aprobar, “sin tener un consenso social amplio”, iniciativas que “fracturan a nuestras familias” y son contrarias a la dignidad de la dignidad de la persona.
En un oportuno y valiente ‘Mensaje de los obispos con motivo de diversos proyectos de reforma constitucional y legal en México’, manifestaron expresamente su “gran preocupación” por la pretensión de los diputados de todos los partidos, de “introducir modificaciones en la Constitución y en leyes secundarias, que abran las puertas a la ampliación de la práctica del aborto, a la restricción del derecho a la libertad de religión, de conciencia y de expresión, a limitar peligrosamente el ejercicio de la patria potestad, a intervenciones biotecnológicas en el ámbito reproductivo, al consumo lúdico de la marihuana, entre otros asuntos más.”
Ante el silencio de los medios de comunicación y agrupaciones diversas, ha sido la AGENCIA CATÓLICA DE NOTICIAS, luego de un amplio y profundo trabajo de investigación (iniciado desde el último trimestre del 2018), la que ha puesto al descubierto la colusión de partidos políticos aparentemente “opuestos”, para aprobar de forma unánime, iniciativas de ley y/o reformas, con un sentido marcadamente contrario a la Vida, a la Familia, al Derecho Natural, a la dignidad de la persona, a la libertad religiosa, a la patria potestad, a la libertad de conciencia, al ejercicio de los ministros de culto religioso.
Frente a las pruebas documentales y los testimonios públicos que certifican el continuo proceder de los legisladores para aprobar reformas e iniciativas de ley contrarias a la vida, la familia, la libertad de expresión y culto, e incluso ya directamente contra la Iglesia, primero la sorpresa y después la indignación, comenzaron a producirse a nivel nacional e internacional en los más diversos sectores.
Sin embargo, toda incógnita quedó sepultada ante la contundencia de la documentación oficial y pública exhibidas. Los señores obispos, como pastores preocupados por la grey a su cargo, una vez constatados los hechos denunciados, no han dudado en refrendar su deseo por contribuir a la construccciòn del auténtico Bien Comùn. Y en su Mensaje, por lo mismo, no han dudado en decir:
“Hemos conocido, en las últimas semanas, diversas iniciativas legislativas que parecen no atender, ni entender, la gravedad de la situación. Impulsando agendas ideológicas que deberían exigir una discusión social pausada y responsable, así como una fundamentación mucho más sólida, basada en la inalienable dignidad de toda persona; por el contrario, han ido recibiendo aprobación en el proceso legislativo en el Congreso, sin tener un consenso social amplio y un cimiento técnico riguroso.”
El pronunciamiento de los obispos mexicanos está suscrito por monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y Presidente de la CEM (Conferencia del Episcopado Mexicano) y por monseñor Alfonso G. Miranda Guardiola, Obispo Auxiliar de Monterrey, Secretario General de la CEM.
“Con gran preocupación advertimos que, en una situación como la presente, se pretendan introducir modificaciones en la Constitución y en leyes secundarias, que abran las puertas a la ampliación de la práctica del aborto, a la restricción del derecho a la libertad de religión, de conciencia y de expresión, a limitar peligrosamente el ejercicio de la patria potestad, a intervenciones biotecnológicas en el ámbito reproductivo, al consumo lúdico de la marihuana, entre otros asuntos más.”
Frente a quienes a través de su trabajo legislativo atentan contra la Vida y la Familia, los señor obispos expresan de manera tajante;
“No saldremos adelante fracturando a nuestras familias y comunidades sino tendiendo puentes solidarios y fraternos de reconciliación. El tejido social no se reconstruye alimentando espirales de tensión y de presión, sino con compromiso firme a favor de lo esencial, de las verdaderas prioridades de una Nación que se desangra.
Rogamos a Santa María de Guadalupe para que, dejando orgullos, egoísmos y vanidades, trabajemos como hermanos mirando siempre las causas más altas que pueden rescatarnos en esta ardua coyuntura tan necesitada de esperanza y generosidad auténtica.”
Con Antelación y de forma clara, como corresponde a quien se preocupa por la salvación de las almas, el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, el Pbro. José Manuel Suazo Reyes, en una reacción a esta AGENCIA CATÓLICA DE NOTICIAS, expuso:
“…Lo más peligroso, como decía yo hace un momento, no es que se manifiesten así con estas tendencias, sino que haya también «otros diputados que, aparentemente representan a la sociedad, incluso a grupos pro vida o grupos, incluso, religiosos», porque se entendería que comparten sus principios, y eso nos preocupa, porque entonces están traicionando sus principios, su doctrina…”
“…Lo que observamos aquí es una actitud deshonesta, es una actitud traicionera de diputados que operan de esta manera; es decir, son «lobos con piel de oveja y disfrazados», que actúan con simulación y que por una parte dan una cara a la sociedad pero en lo oscuro o en lo secreto hacen acuerdos que afectan a las mayorías…”.
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Antesala de la nueva persecución político-religiosa en México, la nueva Ley General de Población.
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Parte V.
A continuación, reproducimos, íntegro, el mensaje de los obispos.
Unidos por el bien común
Ciudad de México, a 11 de marzo del 2021.
Vivimos una época convulsa en la historia de la humanidad y del país. La Iglesia, que peregrina atendiendo las necesidades de pobres, enfermos y los más vulnerables, palpa la realidad de millones de personas que están experimentando dolor y confusión en el contexto presente.
Caminamos junto con el pueblo de Dios enfrentando una situación crítica: la enfermedad y muerte a causa de la pandemia por COVID 19 y el escaso índice de vacunación; la crisis económica que ha detonado desempleo, mayor pobreza y marginación social; el flagelo del crimen organizado que diariamente cobra vidas y dinamita el crecimiento de las regiones; así como el rezago educativo que enfrentan las niñas, niños y jóvenes.
Este panorama con múltiples frentes, nos obliga a unirnos como País para caminar juntos en la construcción del bien común, así como priorizar los esfuerzos y concentrarnos en lo esencial.
Por esta razón, los Obispos mexicanos deseamos enviar un mensaje a toda la sociedad, a las instancias de los tres poderes de la Unión, a las instituciones políticas, empresariales, educativas, religiosas y sociales que dan vida a nuestro país, a todos los actores que desde distintas trincheras están preocupados por el presente y el futuro de México.
Hemos conocido, en las últimas semanas, diversas iniciativas legislativas que parecen no atender, ni entender, la gravedad de la situación. Impulsando agendas ideológicas que deberían exigir una discusión social pausada y responsable, así como una fundamentación mucho más sólida, basada en la inalienable dignidad de toda persona; por el contrario, han ido recibiendo aprobación en el proceso legislativo en el Congreso, sin tener un consenso social amplio y un cimiento técnico riguroso.
Con gran preocupación advertimos que, en una situación como la presente, se pretendan introducir modificaciones en la Constitución y en leyes secundarias, que abran las puertas a la ampliación de la práctica del aborto, a la restricción del derecho a la libertad de religión, de conciencia y de expresión, a limitar peligrosamente el ejercicio de la patria potestad, a intervenciones biotecnológicas en el ámbito reproductivo, al consumo lúdico de la marihuana, entre otros asuntos más.
Exhortamos de la manera más firme y atenta a todos los actores sociales y políticos a que reconsideren sus prioridades. A nadie conviene tener en estos momentos a un México dividido y fracturado por temas que exigen un debate social ordenado, paciente, respetuoso y bien fundamentado. En momentos como los actuales es preciso, trabajar por la fraternidad, la amistad social y la unidad nacional. Recordando que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos (FT 32).
Invitamos a todos los hombres y mujeres de nuestra Nación a mirar que hay causas más grandes que nuestras diferencias por las que vale la pena luchar en éste y en los próximos años. No saldremos adelante fracturando a nuestras familias y comunidades sino tendiendo puentes solidarios y fraternos de reconciliación. El tejido social no se reconstruye alimentando espirales de tensión y de presión, sino con compromiso firme a favor de lo esencial, de las verdaderas prioridades de una Nación que se desangra.
Rogamos a Santa María de Guadalupe para que, dejando orgullos, egoísmos y vanidades, trabajemos como hermanos mirando siempre las causas más altas que pueden rescatarnos en esta ardua coyuntura tan necesitada de esperanza y generosidad auténtica.
A nombre de los obispos de México.
✠ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM
✠Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Secretario General de la CEM.