En este día, 21 de febrero de 2021, celebramos el Domingo Primero de Cuaresma, Ciclo B, en la liturgia de la Iglesia Católica.
Las tentaciones. El pasaje evangélico de hoy es de San Marcos (1, 12-15) cuyo inicio dice: “El Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían”. Marcos omite o desconoce el detalle de las tres tentaciones, que Mateo y Lucas deben a otra fuente. La acción principal la realiza el Espíritu Santo, que había bajado sobre Jesús en forma de paloma el día de su bautismo y que guía su vida desde los orígenes. El desierto es el lugar del encuentro con Dios y también, como en la tradición del Éxodo, el sitio propicio para las tentaciones. En este caso se trata del desierto de Judá donde inició su misión Juan el Bautista. Los cuarenta días evocan la prueba que vivieron los dos grandes personajes del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, quienes aparecerán posteriormente con Jesús en el episodio de su Transfiguración. Satanás, según la etimología hebrea, designa al Adversario, al Acusador o al Espía (Job 1, 6). Se trata de un personaje equívoco, distinto de los hijos de Dios, escéptico respecto al hombre, deseoso de atraparle en alguna falta, capaz de desencadenar sobre él toda clase de males e incluso de empujarlo al mal porque envidia la predilección que Dios tiene al hombre y a la mujer. También es comparado con otras figuras del espíritu del mal, especialmente con la serpiente del paraíso con la que acabará fundiéndose para encarnar el poder diabólico. En los escritos apocalípticos es el jefe de la oposición al pueblo de Dios. La mención de los animales salvajes evoca el ideal mesiánico de un retorno a la paz del paraíso. El servicio de los ángeles sugiere el trasfondo del Salmo (91, 11-13): “Ordenará a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos; pisotearás leones y dragones”.
Predicación y Conversión. El pasaje evangélico prosigue: “Después de que arrestaron a Juan Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: ‘Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio”. En algunas versiones del Evangelio de Marcos se dice: “Después de que Juan fue entregado” porque este verbo es muy relevante en el relato de la pasión y muerte de Jesús. Se trata de presentar el destino de Juan como un preludio del destino de Jesús. El retorno a Galilea ayuda a Jesús para desempeñar con más libertad su ministerio y prepararse para su destino final en Jerusalén. El Evangelio es la buena noticia de la acción de Dios en favor de su pueblo. El Reino de Dios se refiere al futuro establecimiento del gobierno y del juicio de Dios sobre toda la creación, el cual exige la conversión o reorientación de toda la vida como Juan el Bautista ya había anunciado. La invitación a creer en la buena noticia relaciona la predicación de Jesús con la respuesta de la comunidad cristiana, expresada con las palabras Fe y Evangelio.
Tentaciones y conversión. Los Evangelios presentan a Jesús como vencedor de Satanás tanto en las tentaciones del desierto como en toda su vida terrena y, de manera contundente, en su Pasión, Muerte y Resurrección. El creyente que elige seguir a Cristo y servir a su Iglesia, triunfa sobre Satanás imitando a Jesucristo y desbaratando los engaños y asechanzas del que se disfraza como ángel de luz. Los cristianos debemos aprender a pensar como Dios y no como los hombres para no ser reprendidos como el Apóstol Pedro. La personificación satánica permite apreciar el combate en el que se encuentra comprometida la libertad del hombre frente a Dios que lo llama. Entre los múltiples nombres de Satanás, el de «Príncipe de este mundo» ayuda a despejar esta figura de sus vestimentas legendarias, desconocidas de la Biblia, sin negar la realidad de esta potencia del mal que supera nuestra comprensión humana. Es necesario velar y orar para no caer en la tentación.
+Hipólito Reyes Larios
Arzobispo de Xalapa
