Ya informamos en su día sobre la inusual audiencia concedida por el Papa al cardenal arzobispo de Chicago, Blaise Cupich, en días pasados. Al producirse justo después de que el cardenal criticara abiertamente en redes sociales la nota de su propio episcopado condenando duramente las políticas contrarias a la familia y la vida del nuevo presidente Biden, interpretamos en su momento que la súbita audiencia era un mensaje mudo de apoyo a su postura crítica por parte del Papa, que apenas ha ocultado su respaldo a la victoria demócrata en las presidenciales americanas.
Pero, al parecer, erramos: Cupich habría viajado a Roma y se habría entrevistado con el Santo Padre para conocer las intenciones del pontífice de nombrarle sustituto del cardenal Ouellet al frente de la crucial Congregación para los Obispos.
Ouellet ha superado la edad canónica de retiro -que no es automático, sino que el Papa debe aceptarlo- y parece sobradamente ‘amortizado’. Cupich es el que más ‘suena’ para sucederle, un cardenal entusiasta de la ‘renovación’ que abandera Francisco, del ala izquierda del episcopado norteamericano, querido por los grupos LGTBI de su archidiócesis y surgido de la ‘escuadra’ del cardenal McCarrick. Uno puede confiar en que todos los candidatos al episcopado que presente a Su Santidad serán fidelísimos clones pastorales y doctrinales de las nuevas corrientes eclesiales. Ni un ‘rígido’ podrá colarse.
La agencia que ha publicado el rumor, basado en fuentes de la Curia, añade que aún se barajan otros nombres, como el de monseñor Robert Francis Prevost, obispo de Chiclayo, Perú, y misionero agustino nacido, precisamente, en Chicago. Pero la misma fuente insiste en que el Papa se inclina más por el fiel Cupich.
Infovaticana,
LO DIVULGADO PREVIAMENTE POR LA CATHOLIC NEWS AGENCY:
«¿Va el cardenal Cupich de camino al Vaticano?.»
.- El 30 de enero, el Papa Francisco se reunió con el Cardenal Blase Cupich, Arzobispo de Chicago, quien se encontraba en Roma para una reunión de la Congregación de Obispos del Vaticano.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede no dio a conocer más información sobre la reunión que no sea que tuvo lugar, y gran parte de la prensa especuló que la reunión probablemente era para discutir lo sucedido 10 días antes, cuando el cardenal criticó públicamente la declaración oficial de los obispos estadounidenses. en la toma de posesión del presidente Joe Biden.
Pero fuentes en Roma que hablaron con CNA sobre los antecedentes dijeron que Cupich se reunió con el Papa no para hablar de lo que sucedió en el pasado reciente, sino de lo que puede suceder en un futuro cercano: Blase Cupich reemplaza al cardenal Marc Ouellet como prefecto de la Congregación para los Obispos.
Según una fuente, el Papa Francisco estaba “considerando seriamente hacer un nombramiento sorpresa, un obispo de las periferias” para reemplazar a Ouellet, uno de los varios jefes de dicasterios del Vaticano que han alcanzado la edad de jubilación.
La misma fuente dijo que el candidato más probable era el obispo Robert Francis Prevost, un misionero agustino nacido en Chicago de ascendencia francesa y española, que pasó una parte significativa de su vida pastoral en los Andes del norte de Perú antes de ser nombrado obispo de Chiclayo, Perú por el Papa. Francisco en 2015. El Papa Francisco también nombró a Prevost uno de los pocos miembros no cardenales de la Congregación para los Obispos en noviembre de 2020.
Pero, según la fuente, el Papa ha comenzado a inclinarse más hacia el cardenal Cupich debido a su perfil más alto y «el mensaje que su nombramiento entregaría sobre el tipo de obispos que quiere para la Iglesia».
La responsabilidad principal de la Congregación para los Obispos es supervisar la selección y el nombramiento de los obispos. También se ocupa de la erección y supresión de diócesis, la supervisión de los obispos y la preparación y respuesta a las visitas ad limina de los obispos a Roma.
El prefecto de la Congregación para los Obispos no tiene poder ilimitado en los nombramientos de obispos. Más bien, el proceso de nombramiento de un obispo normalmente comienza con una serie de consultas a nivel local, seguidas de recomendaciones hechas por el Nuncio Apostólico. Luego se prepara un dossier, generalmente por parte de los funcionarios del dicasterio, y se discute entre todos los miembros del dicasterio, con la presidencia del prefecto. El proceso puede volver al Nuncio Apostólico si no se encuentra un candidato adecuado. Finalmente, se propone un nombre o nombres al Santo Padre, quien nombra al futuro obispo.
Pero el prefecto de la congregación tiene una influencia significativa, enfatizó una fuente a CNA.
«El Prefecto de la Congregación para los Obispos no solo tiene un papel importante en el proceso (de nombramiento de un obispo), sino que también es uno de los pocos miembros de la Curia romana que se reúne con el Santo Padre con regularidad, casi todos los sábados», señaló la fuente.
El cardenal Ouellet, que anteriormente fue arzobispo de Quebec, es un prelado con un importante currículum eclesiástico. Miembro de la Sociedad de Sacerdotes de San Sulpicio (Sulpicianos), fue profesor de teología, misionero en Colombia y secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos antes de ser nombrado Arzobispo de Quebec -y por tanto Primado de Canadá- por Papa Juan Pablo II en 2002.
Ouellet fue nombrado prefecto de la Congregación para los Obispos por el Papa Benedicto XVI en 2010. Como prefecto de la Congregación, automáticamente se convirtió en presidente de la Comisión Pontificia para América Latina. El cardenal canadiense, que habla con fluidez inglés, español, francés e italiano, alcanzó la tradicional edad de jubilación de 75 años en junio de 2020.
Sacerdote incardinado en su Arquidiócesis natal de Omaha, Nebraska, Blase Cupich fue designado para suceder al obispo Charles Chaput en la dirección de la Diócesis de Rapid City, Dakota del Sur, por el Papa Juan Pablo II en 1998.
En 2010, el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Spokane. En 2014, el Papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal Francis George como arzobispo de Chicago y nombró a Cupich como su sucesor.
La carrera episcopal de Cupich no ha estado libre de controversias. En Rapid City, antes de que el motu proprio Summorum Pontificum de 2007 de Benedicto XVI liberalizara la capacidad de los sacerdotes para celebrar la Misa tradicional en latín, prohibió que los niños fueran confirmados para recibir la Primera Comunión en dicha Misa. También prohibió que una comunidad de Misa tradicional en latín celebrara la Pascua. Triduo según el misal de 1962.
En Spokane en 2011, Cupich les dijo a los sacerdotes y seminaristas de su diócesis que se abstuvieran de participar en manifestaciones frente a las clínicas de Planned Parenthood o de apoyar «40 Days for Life». En respuesta a un alboroto pro-vida, la diócesis emitió un comunicado aclarando que “el Obispo reconoce que un sacerdote dado en buena conciencia puede sentir la necesidad de participar en las vigilias y nunca debe ser obligado a ir en contra de una conciencia buena e informada. . El obispo solo pidió que todos los sacerdotes reflexionen en oración sobre lo que les ha dicho, se comprometan a hacer de la enseñanza de manera eficaz su primera prioridad y tengan en cuenta el poder insustituible del testimonio de su unidad entre ellos ”.
Todavía se desconoce cómo el entonces obispo de Spokane llamó la atención del Papa Francisco, pero el Papa hizo evidente su apoyo a Cupich con bastante rapidez.
En 2015, nombró a Cupich para participar en el Sínodo de los Obispos después de que no hubiera sido elegido para el sínodo por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). En el sínodo, apoyó la controvertida propuesta de otorgar acceso a la Sagrada Comunión, en circunstancias limitadas, a los divorciados y vueltos a casar civilmente. Después del sínodo, la exhortación apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco generó críticas y confusión sobre lo que se percibió como falta de claridad sobre el tema.
En 2016, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos, un nombramiento que se consideró una medida para reemplazar al cardenal Raymond Burke, cuya membresía en el dicasterio no fue renovada.
Más tarde ese año, Cupich fue nombrado cardenal. Inmediatamente después de su elevación, el Papa le encargó varias misiones, expresando abiertamente su apoyo a él y a sus posiciones teológicas y pastorales. A Cupich se le pidió particularmente que encabezara la defensa y promoción de la exhortación apostólica Amoris Laetitia en los Estados Unidos.
Su popularidad con el Papa Francisco, sin embargo, nunca se reflejó en la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, donde ha servido en varios comités, pero ha sido sistemáticamente derrotado en todas las elecciones o propuestas importantes.
Según las fuentes consultadas por CNA, si el cardenal Cupich efectivamente termina al frente de la Congregación de Obispos, el obispo Robert McElroy de San Diego, que cumplirá 67 años el 5 de febrero, es el candidato más probable para convertirse en su sucesor en Chicago.
