El Tribunal Vaticano ha condenado a Angelo Caloia (81 años) en primera instancia a 8 años y 11 meses de prisión por los delitos de blanqueo de capitales y malversación agravada, y pagar una multa de 12.500 euros; el abogado Gabriele Liuzzo (97 años) a los ocho años de prisión y Lamberto Liuzzo (55 años), hijo de Gabriele, a los 5 años y dos meses y el pago de una multa de 8 mil euros; los tres acusados fueron expulsados a perpetuidad de los cargos públicos del Vaticano. El tribunal ordenó la incautación de unos 38 millones de euros y el pago de daños y perjuicios al IOR y su filial SGIR, constituida como parte civil, por más de 20 millones de euros.
Caiola, sucesor en su cargo del polémico cardenal Marcinkus, fue el responsable del IOR hasta 2009, año en que Benedicto XVI puso al frente del atribulado banco, con la misión expresa de limpiar esos establos de Augias, a Ettore Gotti-Tedeschi.
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Adepto a la Democracia Cristiana, secretario regional del partido en su Lombardía natal, se graduó en Economía y Comercio en la Cattolica del Sacro Cuore de Milán, especializándose en Estados Unidos, profesor universitario y vicepresidente del Banco Ambrosiano.
Los delitos hacen referencia a operaciones que podrían haber movido más de mil millones de euros, consistiendo principalmente en la venta a precios reducidos de casi todos los activos inmobiliarios del IOR. El abogado de Caiola ya ha anunciado que piensa apelar la sentencia.
La sentencia coincide con las noticias de que el cardenal Angelo Becciu, ex prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos caído en desgracia por su implicación en otra operación financiera de dudosa legalidad, podría ser formalmente acusado por el tribunal vaticano por su participación en la compraventa de un bloque de apartamentos de lujo en Londres.
Como aviso a navegantes, el cardenal ya ha insinuado que piensa defenderse con todos los medios a su alcance, y que sabe cosas que podrían avergonzar gravemente a la Santa Sede.
Con información de InfoVaticana/Carlos Estaban
