La comisión de acogida de víctimas de abusos sexuales de casos prescritos, impulsada por la congregación de los hermanos Maristas, que ha dado la primera indemnización acordada en España a víctimas de estos delitos, ha reclamado que estos casos no prescriban para no perpetuar “la ley del silencio”. El pasado jueves la comisión presentaba los resultados de su trabajo, iniciado en enero, y en el marco del cual han atendido a un total de 25 exalumnos que fueron víctimas de abusos, que comparecieron de forma voluntaria para exponer sus casos.
La congregación de los Maristas de Cataluña fue la primera de España que creó una comisión independiente -junto a la Fundación Mans Petites, creada por Manuel Barbero, padre de una de las víctimas- para valorar indemnizaciones a las víctimas de abusos sexuales cometidos en sus escuelas prescritos judicialmente. Los Maristas anunciaron el pasado 3 de diciembre un pago de 400.000 euros a 25 exalumnos que denunciaron haber sufrido abusos hace años y han pedido perdón por escrito a cada uno de ellos.
No obstante, la doctora en psicología Montserrat Bravo, que forma parte de la comisión, ha señalado que “no existe indemnización que pague devastar la vida y la felicidad de un niño” y ha indicado que la prescripción de estos delitos es una “evidencia objetiva” del “retraso de una sociedad”. “Cualquier Estado y cualquier sistema judicial que no avanza en el control y eliminación de la violencia sexual contra la infancia y la adolescencia está perpetuando la ley del silencio”, ha afirmado Bravo. La psicóloga ha indicado que, además de la violencia sexual, las víctimas también sufrieron una “violencia institucional insoportable”, a lo que había que añadirle que los agresores formaban parte de la Iglesia o de centros religiosos, “lo que suponía una contradicción imposible de asimilar para los niños” y los convertía en “verdugos perfectos”.
Clara disposición de los Maristas
Por su parte, la doctora Dolors Petitbò, especialista en psicología clínica, ha señalado que la prevención y la detección son fundamentales para evitar más casos de abusos a menores en el futuro. “Los daños que provocan los abusos dependen de toda la sociedad, porque si se detectan de inmediato, las consecuencias son mucho más ligeras. Además se pueden parar y no hay más víctimas y el abusador recibe el castigo que le corresponde”, ha indicado Petitbò.
La doctora también ha alabado la “clara disposición a escuchar y reconocer los daños causados” por parte de la congregación de los Maristas. “Había muchos profesores, muchos hermanos maristas que actuaban correctamente. Pero en el tema de los abusos, solo con que uno lo haga mal, ensucia a toda la institución”, ha apuntado. Por eso, ha dicho que la propia institución de los Maristas es “víctima” de “esta manera de actuar”. Petitbò ha hecho un llamamiento a tener “tolerancia cero” con cualquier tipo de abuso sexual y ha pedido desarrollar “políticas de buen trato” y garantizar “espacios seguros para los jóvenes y los niños”.
Un total de 18 profesores o monitores de colegios Maristas han sido denunciados en los últimos años por abusos cometidos desde los años 60, aunque solo uno de ellos, el profesor de Educación Física Joaquín Benítez, ha llegado a juicio y ha sido condenado, mientras que el resto de denuncias han sido archivadas porque habían prescrito.
Con información de Ecclesia