Es la novena vez que se presenta un proyecto de ley despenalización del aborto en el Congreso argentino. La última fue hace dos años, bajo la presidencia de Macri, y logró ser aprobado en Diputados pero el Senado rechazó el texto. No es descartable que en esta ocasión ocurra lo mismo aunque parece que hay más posibilidades de que se apruebe definitivamente semejante ley inicua. El actual proyecto tiene el respaldo explícito del presidente argentino, Alberto Fernández, que cumple así una de sus promesas electorales.
Los argumentos de los que apoyan y se oponen a la ley son exactamente los mismos que hace dos años y, en realidad, repiten el esquema que se ha planteado en todos los países del mundo cuando se ha debatido esta cuestión.
Según un sondeo realizado por Unidad Provida, que reúne a más de cien organizaciones provida en Argentina, 124 diputados han decidido ya votar a favor del aborto, 119 en contra y 14 aún no han definido su voto.
Debido a la pandemia por Covid-19, el pleno se celebrará tanto de forma presencial como online.
Entre las peculiaridades del actual proyecto figura que aquellos centros médicos que cuenten con todo su personal sanitario como objetores de conciencia deben facilitar la práctica del aborto:
«Aquellos efectores de salud del subsector privado o de la seguridad social que no cuenten con profesionales para realizar la interrupción del embarazo a causa del ejercicio del derecho de objeción de conciencia, deberán prever y disponer la derivación a un efector que realice efectivamente la prestación y que sea de similares características al que la persona solicitante de la prestación consultó»
Igualmente se pretende dejar en manos de los jueces la decisión sobre el aborto de menores de edad cuando los padres se oponen al mismo.
Con información de InfoCatólica
