Monseñor Domingo Díaz Martínez encabezó la misa de ofrecimiento de un “ramillete espiritual de las salves”, en la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe en la capital del Estado, Pachuca.
Visiblemente repuesto del Covid-19, dijo el Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, durante la eucaristía de este 8 de diciembre y transmitida en redes sociales de la sede de la Provincia Eclesiástica de Hidalgo, que “es emergente que para salvar el cuerpo de esta pandemia usemos el cubrebocas en la calle, en las celebraciones, en las tiendas, y en todos lados. Seamos cuidadosos de observar la sana distancia sin perder la comunicación entre nosotros; hay que lavar nuestras manos, usar gel y procurar la limpieza en casa y personal”
Continuó: “Vamos a cuidarnos del Covid-19 que amenaza la muerte del cuerpo, y vamos a cuidarnos del virus del pecado que amenaza la muerte del alma. Dediquemos, pues ese día (el 12) para estar con la Virgen desde nuestros hogares. Hagan un altar en su casa con la Santísima Virgen y recen el rosario, el Papa Francisco, ha ofrecido la indulgencia plenaria (perdón de Dios) al pueblo de México”
Por el bien de todos, recomendó, sanitizar los lugares públicos y evitar concentraciones, las fiestas vamos a dejarlas para otros tiempos: “Dios nos ofrecerá en un futuro el tiempo para celebrar; no olvidemos comer sano, hacer ejercicio, tomar agua y pensar positivo. Es mejor prevenir que remediar”, insistió.
Además, pidió Díaz Martínez: “Hay que vivir con una mente y corazón sano; hay que alejarnos de la envidia y de la avaricia. Comer en forma desordenada nos deja graves daños”
La humildad, la amabilidad y la paciencia nos ayuda a superar la ira, el enojo, enfatizó, al tiempo de pedir alejarnos de la pereza.
La Santísima Virgen de Guadalupe sigue activa en el plan de la salvación, precisó durante la misa a puerta cerrada en la iglesia de la capital hidalguense.
Con información de El Sol de Hidalgo/Concepción Ocádiz
