Habitantes de esta comunidad temen que en el momento menos pensado, cuando haya gente adentro, colapse la iglesia dedicada a la Santa Cruz, que está en deplorables condiciones por el paso de los años y los embates de los elementos naturales.
El templo católico perdió parte de su campanario recientemente, al pegarle un rayo durante una tormenta en el paso del ciclón “Gamma”. Las piedras que cayeron siguen al pie de la antigua construcción.
El estado del edificio no ha cambiado mucho en los últimos 20 años y aunque se han hecho los reportes al Instituto Nacional de Antropología e Historia, la instancia ha mandado a personal a realizar verificaciones y tomar fotos, pero no ha ocurrido nada.
El sacristán Armando Tah Cemé indica que cuando se suscitó el incidente del campanario se le reporto al INAH, y al personal que llegó a tomar fotos se les reclamó que ojalá en esta vez sí se haga algo, pues lleva años sin recibir mantenimiento.
En el interior, los pisos ya se están rajando y la gente cuando entra siente temor, pues desde que cayó la torre ven cómo ceden restos de escombro por donde está el “caracol”.
Con información de Diario Yucatán