Anuncian acciones en el tercer aniversario del asesinato de jesuitas

Guillermo Gazanini Espinoza

Este 20 de junio, se conmemorará el tercer aniversario del trágico asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, junto al guía de turistas Pedro Palma, ocurrido en Cerocahui, Chihuahua. Este suceso marcó un punto de inflexión en la historia reciente del país, dando origen al Diálogo Nacional por la Paz, un movimiento que busca tejer redes de justicia, verdad y esperanza frente a la violencia que azota a la nación.

El Diálogo Nacional por la Paz, impulsado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y los Jesuitas México, ha movilizado a miles de personas en un esfuerzo colectivo para construir un México más seguro y justo. En estos tres años, el movimiento ha dado pasos significativos: desde la creación de una Agenda Nacional por la Paz, resultado de un diagnóstico con la participación de más de 15 mil personas, hasta la promoción de espacios de diálogo entre actores locales, estatales y nacionales.

El comunicado firmado por el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, el provincial de los Jesuitas en México, P. Luis Gerardo Moro Madrid, SJ, y la representante del Núcleo por la Paz, Mtra. Denisse María Aranda Escobar, subraya la urgencia de redoblar esfuerzos para detener la violencia que desangra al país. México enfrenta una crisis multifacética: desde los más de 125,000 desaparecidos, los asesinatos de candidatos y funcionarios públicos, hasta la devastación de ecosistemas como los bosques de la Sierra Tarahumara. Lugares como Teuchitlán, Salamanca, San Felipe y Culiacán se han convertido en sinónimos de dolor, con comunidades fracturadas por el miedo y la desconfianza.

El Diálogo Nacional por la Paz ha convocado a las iglesias de todo el país a realizar acciones simbólicas y prácticas el próximo 20 de junio:

  • Repique de campanas a las 3 de la tarde en todos los templos, como un recordatorio sonoro del compromiso con la paz.
  • Oraciones por las víctimas de la violencia en todas las celebraciones litúrgicas de ese día.
  • Difusión de los avances del movimiento para sumar a más actores sociales.
  • Celebraciones eucarísticas el domingo 22 de junio, siguiendo una liturgia sugerida y un comunicado único por la paz, para reforzar el mensaje de unidad y esperanza.

Estas acciones no solo buscan honrar la memoria de las víctimas, como los jesuitas asesinados, el padre Marcelo Pérez en Chiapas, o el padre Javier García Villafaña en Michoacán, sino también inspirar a la ciudadanía a participar activamente en la construcción de un futuro diferente.

La Agenda Nacional por la Paz revela un panorama desolador: México lleva más de 18 años sumido en una espiral de violencia que no cede. La desconfianza y la indiferencia han fragmentado el tejido social, mientras que las instituciones, debilitadas por la corrupción y la impunidad, no logran garantizar seguridad ni justicia. Las fiscalías, invadidas por la ineficiencia, y un sistema de justicia con una impunidad que ronda el 95%, reflejan un colapso estructural. La macrocriminalidad, los desplazamientos forzados y los campos de exterminio son realidades que han marcado el imaginario colectivo.

En este contexto, el Diálogo Nacional por la Paz no solo denuncia, sino que propone. En su declaración por el tercer aniversario, el movimiento llama a construir un “nosotros” amplio y diverso, capaz de enfrentar los abusos y trazar un rumbo hacia un país habitable. Este “nosotros” incluye a jóvenes, académicos, empresarios, organizaciones sociales y otras iglesias, todos invitados a sumarse a esta causa.

El movimiento ha delineado una serie de direcciones claras para avanzar:

  • Formación y capacitación para que individuos y comunidades desarrollen las herramientas necesarias para enfrentar los retos de la violencia.
  • Vinculación entre ciudadanos para combatir el aislamiento y fomentar la colaboración.
  • Proyectos locales en escuelas, parroquias, barrios y empresas que fortalezcan las comunidades y promuevan la esperanza.
  • Incidencia en políticas públicas que prioricen la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
  • Rechazo a enfoques superficiales que no generen capacidades locales ni esfuerzos sostenidos.

Además, se hace un llamado al gobierno para que actúe con firmeza: desmantelar los vínculos entre autoridades y la delincuencia, reformar las fiscalías estatales, atender la crisis forense y de desaparecidos, fortalecer las instituciones y eliminar la corrupción en el sistema penitenciario.

El Diálogo Nacional por la Paz no busca venganza, sino justicia; no quiere silencio, sino verdad; y no se rinde ante el miedo, sino que se mueve por la esperanza. En un país donde la violencia ha normalizado el horror, este movimiento insiste en que otro México es posible. Para ello, invita a todos los mexicanos a registrarse en su plataforma en el siguiente enlace https://bit.ly/43WNSG9 y vincularse con las redes estatales que trabajan por la paz.

En palabras del comunicado: “En memoria de quienes ya no están y por el futuro de quienes aún no llegan, es imperioso seguir caminando de la mano hasta lograr que nadie necesite ser valiente para habitar estas tierras que son nuestro país”. Este tercer aniversario no es solo una conmemoración, sino un recordatorio de que la paz es una responsabilidad compartida, un esfuerzo pequeño pero grandioso que puede transformar a México.

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