El 28 de mayo, el Papa León XIV nombró a monseñor Alejandro Pablo Benna obispo de Morón y a monseñor Raúl Martín, de 67 años, arzobispo de Paraná, Argentina.
ElWanderer.com comentó los dos nombramientos de obispos argentinos el 5 de junio:
«No puedo decir nada sobre el primero porque no lo conozco. Al segundo lo conozco bien. Es una figura marginal que hizo todo lo posible por perseguir a los buenos sacerdotes de su diócesis de Santa Rosa y a los fieles de mentalidad más tradicional».
Monseñor Martín le debe su carrera a Bergoglio. En marzo de 2006, el cardenal Bergoglio lo nombró su auxiliar en la archidiócesis de Buenos Aires. En septiembre de 2013, el recién elegido papa Francisco promovió a su antiguo obispo auxiliar como obispo de Santa Rosa.
En la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, la Sagrada Comunión se recibía en la boca mientras se estaba arrodillado. Pero en 2018, monseñor Martín dijo a la congregación que dejara de hacerlo. Alegó que recibir la Comunión de esta manera rompe la «comunión» de la Iglesia. El único «argumento» fue que él es «el liturgista y legislador de su diócesis» y debe ser obedecido.
Sin embargo, en otra eucaristía, él mismo violó las normas litúrgicas al aplaudir durante la procesión de entrada y comenzar con un «buenos días».
En 2021, un párroco comunicó a sus fieles que Martín le había prohibido terminantemente comulgar con regularidad. El obispo escribió que esto era «no sólo por razones de salud, sino también de comunión eclesial».
Los católicos locales describieron al obispo Martín como un infiltrado cuyo corazón es «más duro que la piedra» y que «simplemente lo destruirá todo».
ElWanderer.com menciona la desastrosa promoción de Martín en un artículo en el que intenta defender a León XIV. Afirma que el Papa no tuvo más remedio que promover al mal obispo, dado que Bergoglio había controlado la Iglesia argentina durante dos décadas.
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