* Los padres deben ser ejemplos de coherencia para los hijos, dice
* La familia transmite la fe con la vida, afirma
Son las familias las que generan “el futuro de los pueblos”, porque son ellas las que pueden ser “un signo de paz para todos, en la sociedad y en el mundo”.
}Con estas palabras, el Papa León XIV da la bienvenida a las familias, padres, hijos, abuelos y ancianos, 70 mil personas que desde primera hora de la mañana lo esperaban en la Plaza de San Pedro, generaciones diversas, llegadas de todo el mundo para vivir en unidad el Jubileo dedicado a ellos.
A las familias, el Pontífice confía el precioso mandato del Evangelio de hoy: vivir en una “unión universal” a través de la cual se realice una comunión fundada en el amor.
«Todos «hemos recibido la vida antes de quererla», dice el Papa, y ellos, los más pequeños, necesitan la ayuda de los demás, porque nadie puede hacerlo solo, porque vivimos «gracias a una relación, es decir, a un vínculo libre y liberador de humanidad y de cuidado mutuo».
Es cierto, a veces esta humanidad es traicionada. Por ejemplo, cada vez que se invoca la libertad no para dar la vida, sino para quitarla, no para ayudar, sino para ofender.
Las familias generan el futuro de los pueblos
Incluso ante el mal, la oración de Dios por los seres humanos se convierte en «anuncio de perdón y de reconciliación», dando así sentido al amor vivido en la familia, que por tanto, indica León, hace a todos «diversos y, sin embargo, uno, muchos y, sin embargo, uno, siempre, en cualquier circunstancia y en cualquier edad de la vida».
Queridos, si nos amamos así, sobre la base de Cristo, que es «el Alfa y la Omega», «el principio y el fin» (cf. Ap 22,13), seremos signo de paz para todos, en la sociedad y en el mundo. Y no lo olvidemos: el futuro de los pueblos lo generan las familias.
El testimonio de los santos y bienaventurados esposos
León recuerda luego los nombres de aquellos que, juntos, como matrimonios, fueron beatificados o canonizados: Luis y Celia Martín, los padres de Santa Teresita del Niño Jesús; Beatos Luigi y María Beltrame Quattrocchi; la familia polaca Ulma y que representan un “signo que hace pensar”.
…teniendo a los esposos como testigos ejemplares, la Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios y para superar, con su fuerza unificadora y reconciliadora, las fuerzas que desintegran las relaciones y las sociedades.
El matrimonio, canon del amor verdadero
La exhortación del Pontífice se dirige, por tanto, a todos los miembros de la familia, empezando por los padres, unidos por el matrimonio, que «no es un ideal, sino el canon del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo (cf. San Pablo VI, Carta Encíclica Humanae vitae, 9).
Al transformaros en una sola carne, este mismo amor os hace capaces, a imagen de Dios, de dar la vida».
Por eso, os animo a ser ejemplos de coherencia para vuestros hijos, comportándoos como queréis que ellos se comporten, educándoles en la libertad a través de la obediencia, buscando siempre el bien en ellos y los medios para incrementarlo.
Y vosotros, hijos, sed agradecidos a vuestros padres: decir “gracias” por el don de la vida y por todo lo que con ella se nos da cada día es el primer modo de honrar al padre y a la madre (cf. Ex 20,12).
Finalmente, a vosotros, queridos abuelos y mayores, os recomiendo que veléis por los que amáis, con sabiduría y compasión, con la humildad y paciencia que enseñan los años.
La familia transmite la fe con la vida, y por eso es «un lugar privilegiado para encontrarnos con Jesús, que nos ama y quiere nuestro bien, siempre», concluye el Papa León XIV, recordando que un día todos se unirán a la «eterna Pascua» con los familiares que les precedieron y que, en este día dedicado a ellos, «nos sentimos presentes aquí, junto a nosotros, en este momento de fiesta».
CIUDAD DEL VATICANO.
DOMINGO 1 DE JUNIO DE 2025.