Las celebraciones guadalupanas siguen en vilo en Torreón ante la restricciones sanitarias por la pandemia del covid-19, pues aún no está autorizado si podrá realizarse tanto la misa de gallo con el obispo Luis Martín Barraza Beltrán como una caravana motorizada como una vía alterna por la cancelación de las peregrinaciones.
José Luis Escamilla Estrada, vocero de la Diócesis de Torreón, detalló que hay al menos cuatro templos en La Laguna de Coahuila que tienen dedicado su nombre a esa figura religiosa, aunque las más importante está en el sector Alianza donde año con año miles de personas solían acudir a dar gracias.
“La mayoría de las celebraciones se concentran en la parroquia del Centro de Torreón, pero ahora como no hay peregrinaciones cada quien lo vamos a celebrar en los templos con misas solamente y sabemos cómo está la situación para evitar contagios”.
Sin embargo, precisó que en esta ocasión las pocas eucaristías que haya a lo largo del día serán con un aforo controlado y con medidas sanitarias rigurosas como la sana distancia, el uso obligatorio del cubrebocas y el gel antibacterial.
“Estamos a la espera de que pudieran autorizarse una caravana, pero lo estaban analizando en el Subcomité de Salud. En el caso de la misa del obispo por la noche del 11 de diciembre aún no sabemos si la vamos a realizar y si se celebra será con poca gente”.
Hay que mencionar que el mismo templo de Guadalupe desde que comenzó la contingencia realiza transmisiones de sus ceremonias dominicales mediante sus redes sociales y está previsto que en el caso de las del 12 de diciembre ocurra de manera similar.
Cabe recordar que no es la primera celebración religiosa que debió adaptarse a la pandemia, debido a que el pasado 28 de octubre que fue el día de San Judas Tadeo se suspendieron actividades masivas y hubo misas aunque en algunos horarios y con accesos limitados.
Aunado a eso, se realizó una caravana en vehículos en que los creyentes pasaron cerca del templo donde fue montado un altar con la figura del patrono de las causas difíciles y desesperadas.
Con información de Milenio/Luis Alberto López