* A pocos días del cónclave se cuestionan las verdaderas intenciones de su visita.
Mientras la Iglesia universal llora la muerte del Papa Francisco, se espera que el presidente Emmanuel Macron se presenta este viernes 25 de abril, alrededor de las 18.00 horas. en la Basílica de San Pedro en Roma para un momento de «reflexión» ante los restos del Sumo Pontífice. También asistió al funeral oficial del sábado.
Este viaje presidencial se produce en un contexto particularmente sensible: el de la preparación del cónclave.
Oficialmente se trata de un homenaje solemne de un jefe de Estado a una figura espiritual importante. Pero entre bastidores, algunos observadores se preguntan:
¿Emmanuel Macron viene simplemente a presentar sus respetos o también está tratando de influir sutilmente en la dirección del futuro pontificado?
El presidente francés, que se reunió con el Papa Francisco seis veces durante su mandato, compartía con él ciertas afinidades ideológicas, especialmente en cuestiones sociales, migratorias y medioambientales.
Esta proximidad a la línea del difunto pontífice podría explicar un cierto nerviosismo ante la idea de que un cardenal de una convicción completamente diferente pudiera ser elegido Papa.
Entre los nombres que se mencionan en Roma, el del cardenal Robert Sarah aparece repetidamente.
De origen guineano, este cardenal africano es respetado por su fidelidad a la tradición, su defensa de la liturgia, su apego al silencio interior y su exigente visión de la fe. Representa una ruptura con las orientaciones del pontificado anterior y, sin duda, también con las preferencias de los líderes occidentales.
Algunos se preguntan:
¿podría el presidente Macron aprovechar su presencia en el Vaticano para reunirse discretamente con algunos cardenales franceses o francófonos y convencerlos, incluso indirectamente, de no apoyar una candidatura como la del cardenal Sarah?
Este escenario sigue siendo especulativo, por supuesto, pero está siendo difundido en círculos informados dentro de la Curia.
En esta etapa no existe evidencia que confirme tal iniciativa. Pero la simultaneidad del traslado, los retos estratégicos de la elección papal y las relaciones de larga data entre París y Roma alimentan las interpretaciones más diversas.
Ya sea un simple gesto diplomático o una maniobra velada de influencia, la presencia del presidente francés en el Vaticano, en vísperas del cónclave, muestra hasta qué punto la elección del próximo Papa va más allá de los muros de la Capilla Sixtina.
La Iglesia, cuerpo místico de Cristo, sigue siendo también un actor importante en la historia de las naciones.
CIUDAD DEL VATICANO.
SÁBADO 26 DE ABRIL DE 2025.
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