En Austria podría producirse un cambio desastroso. Un obispo escandaloso que promovió obras blasfemas de pseudo-arte en su diócesis es el favorito para apoderarse de la metrópoli de Viena.
Se trata del Ordinario de la diócesis de Innsbruck, Hermann Glettler.
Este año debe ser nombrado el nuevo titular de la Metropoli, en sustitución del cardenal Christoph Schönborn, quien la ha dirigido desde 1998. En aquella época no faltaban los escándalos, sobre todo relacionados con las iniciativas de diálogo de Schönborn, por ejemplo hacia la comunidad LGBT. Sin embargo, parece que todo esto no sería nada, en vista de las posibles perturbaciones que podrían surgir después de que Hermann Glettler asumiera la diócesis.
- En 2019, presentó el infame crucifijo en una de las iglesias de Innsbruck, en el que colgaba una rana que sostenía una cerveza en una mano y un huevo en la otra.
Once años antes, el crucifijo había sido expuesto en un museo de Bolzano (Italia), lo que causó gran indignación porque Benedicto XVI estaba de vacaciones en esa zona en ese momento.
- En otra iglesia al mismo tiempo el obispo colocó un crucifijo transformado en reloj. El cuerpo del Señor Jesucristo, puesto boca abajo, marcaba la hora, y sus brazos marcaban los segundos.
- En 2022, el jerarca decidió ir más allá. En la Iglesia Universitaria de Innsbruck, sobre el altar mayor, presentó una fotografía titulada «Cansado». Representaba a una activista transgénero de Georgia vestida con un negligé. El torso del hombre era visible. Las críticas que cayeron sobre el obispo no parecieron hacerle ninguna impresión, porque el obispo cruzó otro límite.
- En la iglesia del hospital de Innsbruck encargó colocar sobre el altar una fotografía del artista Peter Garmusch. Mostraba un gran corazón de cerdo metido en un condón.
¿Qué se suponía que quería expresar? Según la declaración del artista: la grandeza de la misericordia de Dios, que supera las limitaciones humanas. De manera evidente, el corazón del cerdo se convirtió en figura del Sagrado Corazón de Jesús. El propio obispo Gletter, frente a las críticas, afirmó que… así es como realmente se puede interpretar.

El Corazón del Salvador como un corazón de cerdo metido en un condón, sobre el altar de una iglesia católica… Era difícil leerlo de otra manera que como una terrible blasfemia y burla de Cristo. Los fieles de la diócesis de Innsbruck, a los que luego se unieron fieles de diversas partes del mundo, no ocultaron su indignación y pidieron al obispo que retirara la repugnante «instalación artística». Así ocurrió finalmente, pero pasaron muchas semanas y el obispo no ocultó que tenía muchas reticencias a hacerlo…
Uno sólo puede preguntarse qué habría hecho Gletter en Viena, una ciudad mucho más progresista que la pequeña Innsbruck. Quizás Viena pueda librarse de este flagelo después de todo. El propio obispo Gletter afirmó que si el Papa quisiera colocarlo en Viena, él estaría de acuerdo.
Por cierto, el Vaticano nunca ha sancionado o llamado la atención a tan escandalosos obispo. Seguramente si tal obispo llegara a oficial la Misa tradicional, entonces sí se haría acreedor a yb castigo severo por parte del Vaticano.
VIENA, AUSTRIA.
MARTES 8 DE ABRIL DE 2025.
Katholisch/PCh24.