Una iglesia en México crece a pesar de la pandemia de COVID-19

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La Iglesia del Nazareno Etla en Oaxaca, México, cerró sus puertas debido a la pandemia como muchas otras, pero eso no impidió que la iglesia ministrara a su comunidad y siguiera creciendo y expandiéndose.

Incluso a puertas cerradas, la congregación ayudó a su comunidad y a sus miembros con alimentos, oraciones y transmisiones en vivo. La membresía de la iglesia, grupos pequeños, e incluso algunas misiones de tipo eclesiástico han crecido durante este tiempo.

Recientemente, el gobierno mexicano autorizó a las iglesias a reabrir sus edificios. La congregación comenzó con cinco reuniones, cuatro de las cuales se celebran en el edificio de la iglesia con una asistencia de 350 personas. La quinta reunión se celebra en una nueva comunidad llamada Villa de Etla. Este es un lugar alquilado donde están ministrando a unas 90 personas.

“Hacer ministerio durante esta situación de salud global ha sido un desafío”, dijo el pastor Barrera. Agregó que los grupos pequeños han sido importantes para pastorear la iglesia de una mejor manera.

A principios de 2020, tenían 22 grupos pequeños, pero ese número ha crecido desde entonces a 32. La iglesia creó nuevos grupos para jóvenes, universitarios, mujeres y hombres. Cada jueves, se reúnen para meditar en la Palabra de Dios, orar y tener comunión a través de plataformas en línea.

Barrera también afirma que el discipulado ha sido clave para continuar creciendo en la fe. Un grupo de aproximadamente 100 personas de la comunidad y de otros lugares se conectan a través de las redes sociales. Como resultado de esto, 12 personas fueron bautizadas.

La iglesia también se está expandiendo. Asumieron el reto de iniciar dos nuevas misiones, la Iglesia del Nazareno y la Iglesia del Nazareno Nueva Vida.

El pastor Barrera dijo que no ha sido fácil porque la iglesia ha sufrido la pérdida de familiares y amigos, y muchos miembros también han caído enfermos. En este tiempo, también han visto la mano de Dios y han sentido Su consuelo.

“Somos testigos de cuántos se han recuperado y damos testimonio de milagros de sanidad”, dijo. “La situación económica es compleja, pero Dios ha motivado a muchos a emprender proyectos que han sido una bendición para su familia y para las personas de su comunidad”.

“No sabemos lo que nos depara el futuro, pero mientras estemos en este lugar, nos esforzaremos por compartir a Dios con todos los que podamos, y le rogamos a Dios que nos dé valor para seguir adelante” asegura el pastor.

Con información de Evangélico Digital

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