Escribir nuestra historia: Una nueva visión para el 8M

Elsa Méndez

El Día Internacional de la Mujer representa la oportunidad de reconocer el valor de la mujer en la sociedad actual. Lamentablemente este día ha sido monopolizado social y mediáticamente por grupos radicales.

Es necesario reescribir la importancia de este día desde una visión humanista, empatizando con la realidad que viven las mujeres y que seamos nosotras quiénes escribamos nuestra historia y que no sean las agendas ideológicas quienes hablen por nosotras.

Necesitamos que cada mujer escriba su propia historia.

Las mujeres vivimos cada día con muchos retos, problemas y necesidades; pero también con muchas alegrías, sueños y oportunidades. Debemos ser nosotras las que contemos nuestra propia historia evitando que nadie hable por nosotras.

Cada una aporta algo distinto, y cada hoja que escribimos es un reflejo de nuestra vida real y concreta, como mujeres, como madres, como esposas, como hijas, como trabajadoras, como emprendedoras.

Nosotras escribimos nuestra historia sin atacar, sin confrontar y sin atropellar a nadie. Reconocemos que la mejor forma de reconocer nuestro valor no es con la fuerza de los gritos, los golpes y los insultos, es con la fuerza de nuestras ideas y de nuestros testimonios.

Cuando sea necesario hay que dar vuelta a la página

Hoy, como mujeres, también reconocemos que muchas de nosotras han sufrido las consecuencias de grandes pecados sociales que atentan contra la dignidad humana como la violencia sexual. Es por eso que cada una tiene el derecho de poder dar vuelta a la página, tenemos derecho a una nueva oportunidad.

Para lograrlo se requiere de la firmeza de quienes imparten justicia, de la empatía de quienes acompañan a las víctimas y del compromiso de la sociedad en general. Hoy levantamos la voz para que todas las mujeres podamos tener una vida nueva, de dar vuelta a la página y que estas historias no se vuelvan a escribir jamás.

Escribir con toque femenino

Cada una de nosotras escribe su historia, desde una visión femenina, desde nuestra esencia de mujer. Es por eso que reconocemos que esta historia no la escribimos solas, las escribimos de la mano de cada mujer y también de cada hombre con quiénes construimos nuestra historia.

Escribimos con amor, con el amor por nuestra familia. Escribimos con fe, con fe en Dios. Escribimos con esperanza, con esperanza de que cada hoja que escribimos será mejor que las anteriores.

Es momento de ser nosotras quiénes tengan la voz, quiénes cuenten su historia y quiénes tomemos el Día Internacional de la Mujer como nuestro día. Un día de reconocimiento, no un día de confrontación, un día de las mujeres.

Escribamos nuestra historia como mujeres que aman, que rezan, que viven y que trabajan por un futuro mejor.

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