En torno a la celebración de un cónclave para escger al sucesor de Francisco, el obispo Joseph Strickland advirtió recordó que varios cardenales que serán loos encargados de elegir al próximo Papa han contradicho claramente la fe.
Tenemos que ser realistas, tenemos que ser razonables y aceptar la realidad que enfrentamos hoy en el mundo y en la Iglesia. Los cardenales han hablado muy claramente, haciendo declaraciones que no son parte de la fe católica ortodoxa”, dijo el obispo.
Luego Strickland subrayó la gran carga y responsabilidad que los cardenales tendrían que asumir al votar al sucesor de San Pedro.
“Creo que estamos obligados a ser muy conscientes, alentar con oración y… hablar con los cardenales que tendrán esa tremenda carga y responsabilidad, ya que el papado es una tremenda carga y responsabilidad”, dijo Su Excelencia.
“Quienes [han elegido] al Papa a lo largo de los siglos han llevado un peso sobre sus hombros que, si realmente piensas por un momento en lo que están haciendo, eligiendo al sucesor de San Pedro, debe tomarse muy en serio”.
Strickland luego destacó cómo los cardenales no deberían necesariamente elegir al hombre más inteligente sino deberían elegir al hombre más santo como próximo Papa.
Ciertamente, necesitamos un hombre inteligente, un hombre que tenga grandes habilidades como algunos de los papas que hemos visto a lo largo de los siglos”, dijo el obispo. “Pero la santidad es el don más grande que deberían tener”.
“Si miramos a San Pedro, él era un simple pescador”, añadió.
Un poco más tarde, intervine para señalar que, si bien los cardenales reciben la ayuda del Espíritu Santo, éste no es quien, en última instancia, elige al pontífice, por lo que no tenemos garantizado un papa santo. Strickland estuvo de acuerdo.
“Absolutamente, no hay garantías, y se puede observar la historia. Hubo muchos papas que fallaron en ese llamado a la santidad de ser realmente Vicario de Cristo y se vieron atrapados en ese mundo pecaminoso en el que todos estamos atrapados a veces”, dijo.
“Esperemos que los cardenales sean ya hombres de oración que recen para que el Espíritu Santo los guíe”, añadió. “Pero no hay garantías, y es su libre elección”.

Por JOHN HENRY WESTEN