El obispo Dominique Rey, de 72 años, de Fréjus-Toulon (Var), volverá a París.
Monseñor Rey fue despedido el mes pasado por Francisco (…) porque Fréjus-Toulon era una de las últimas diócesis de Francia que seguían funcionando. Monseñor Rey fue emovido como obispo por su respaldo a la Misa tradicional, no obstante dirigir la más creciente diócesis francesa en generar vocaciones sacerdotales.
Según el anticatólico TemoignageChretien, se está planteando un nombramiento como capellán a tiempo parcial en la basílica del Sacré-Coeur, una de las iglesias más concurridas de París.
«Mi misión no termina con mi dimisión», dijo monseñor Rey al final de su homilía en una misa de acción de gracias celebrada el 1 de febrero en el Domaine de La Castille, el floreciente seminario de la diócesis de Fréjus-Toulon, que ahora se queda sin seminaristas tras la marcha de monseñor Rey.
En su homilía, el obispo dijo también: «A veces la cruz viene de la propia Iglesia». Citó al cardenal John Newman: «Quien no ha sufrido por la Iglesia no ha sufrido por la Iglesia».
El cardenal Newman también advirtió sobre lo que hoy es una rralidad:
«Agradezco a Dios vivir en una época en la que el enemigo está fuera de la Iglesia y saber en dónde se encuentra y qué propone. Pero preveo un día cuando el enemigo esté al mismo tiempo fuera y dentro de la Iglesia.. Y rezo desde ahora por los pobres fieles que serán víctimas de un fuego cruzado»
Monseñor Rey fue ante todo un defensor de las vocaciones. Durante su mandato en Fréjus-Toulon (550.000 católicos), realizó 164 (¡!) ordenaciones.
Las corrientes anticatólicas de la Iglesia esperan con temor y temblor la llegada de monseñor Rey a París, sabiendo que atraerá a grandes multitudes hartas de la aburrida y gris burocracia «liberal» de la Iglesia.
