Aunque Klaus Schwab dejó de dirigir el Foro Económico Mundial, el espíritu y el pensamiento detrás de las reuniones de Davos se mantuvieron sin cambios. Seguimos lidiando con una representación de élites políticas y empresariales que cooperan en nombre del capitalismo de partes interesadas, la Cuarta Revolución Industrial y el Gran Reinicio. Su denominador común es el poder ilimitado, posible gracias a la tecnología moderna.
El tan anunciado «Gran Reinicio», es decir, la revolución socioeconómica llevada a cabo en nombre de la reparación del mundo después de la pandemia de COVID-19, parece ser cosa del pasado.
No hay información sobre la idea anunciada con fuerza en el sitio web del FEM, y la cara del Gran Reinicio está dejando en desgracia a la dirección del foro de Davos. Sin embargo, quien piense que con la retirada de Klaus Schwab las prioridades de los globalistas están cambiando, se equivoca. Como los marxistas puros, la «gente de Davos» también ha dominado el cambio de marca.
Los recientes avances en el desarrollo de la inteligencia artificial no hacen más que confirmar lo que Schwab anunció al escribir la Cuarta Revolución Industrial. El progreso tecnológico tiene como objetivo concentrar el poder y los algoritmos generativos tienen como objetivo apoyar a la casta gobernante. Una excelente herramienta de optimización será la encargada de controlar el flujo de información; incluyendo transacciones financieras, energía e incluso las necesidades, sueños, aspiraciones y todas las intenciones de una persona conectada a la red. Se acerca la era de los algoritmos inteligentes -como solía decir Harari- «conociéndote mejor de lo que te conoces a ti mismo».
Como señaló el Foro en 2016, más del 80 por ciento la humanidad pertenece a algún grupo religioso. Por tanto, sin la implicación de las instituciones religiosas, encabezadas por la Iglesia católica, no será posible establecer un sistema de control absoluto.
Los globalistas se dan cuenta de que sólo la fe inquebrantable puede liberar al hombre de la red tecnológica e ideológica de dependencias.
Por eso, desde el inicio del Foro, han ido construyendo fuertes relaciones con los progresistas dentro de la Iglesia, y el resultado de su arduo trabajo y muchos años de trabajo es, entre otros: el caos doctrinal y la Revolución Sinodal de hoy.
DAVOS, SUIZA.
PCH24.