Donald Trump, a su llegada a la Casa Blanca, amenaza con hacer una deportación masiva y como una de sus prioridades están los grupos terroristas. Va a cerrar las fronteras el primer día de su gobierno y realizará redadas masivas de indocumentados. Para México ello representa un reto enorme por proteger a sus compatriotas, además de un impacto a su economía y, por si fuera poco, también se encuentra la amenaza de imposición de aranceles de hasta un 25% de aumento si no disminuye la migración y el tráfico de fentanilo.
Las amenazas y el amedrentamiento pueden ser una estrategia como marco conceptual que configura el pensamiento humano para que todos hablen de Donald Trump. La estrategia permite convertirse en un constructor social que se apropia del pensamiento individual y social, haciendo referencia al pensamiento autoritario, lo que corresponde a una visión maniquea del mundo. “Ya llegó el que va a poner orden”, el autoritario se concibe como un héroe y se proclama el garante de su concesión. Si bien, es cierto que Trump es un constructor social y tiene el poder para serlo, el poder es el interés primario de las estrategias discursivas.
Siempre es difícil aceptar categorizaciones sin tomar en cuenta cómo se desarrollan los fenómenos políticos, así, las percepciones suelen ser inexactas, sin embargo, sin el deseo de hacer teorías generales, hemos visto todo tipo de movimientos y sus consecuencias, para formar nuestra propia interpretación.
Con respecto de las declaraciones de Donald Trump, su propuesta de los aranceles tiene muchas aristas y hay que verificar si se pretende aplicarlas a los productos contemplados en el Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá, lo cual estaría violando este tratado. Ahora bien, si los aranceles se aplican a productos ajenos, sobre todo a los de procedencia China, estaría atacando la causa. México ha tomado ya algunas medidas al respecto. En cuanto a la deportación de personas indocumentadas, los mexicanos establecidos en Estados Unidos aportan “aproximadamente dos billones de dólares al Producto Interno Bruto”, privar de esa riqueza a los estadounidenses sería un error, por lo que considero que las deportaciones se darían de forma dosificada. Esto también me hace reflexionar que con todos los adelantos tecnológicos y la Inteligencia Artificial puesta en marcha se desplazaría a la mano de obra, por lo que nuestros compatriotas que son obreros y empleados están en riesgo de perder su empleo. Este fenómeno está ocurriendo a nivel mundial, por lo tanto, es necesario replantear el tema laboral.
En cuanto a lo que hace a los grupos del tráfico del fentanilo, este es un tema que debe atenderse por parte del gobierno de México; Estados Unidos posee todos los recursos para acabar con estos grupos, sin embargo, es responsabilidad del gobierno mexicano hacer frente a este hecho, aunque no hay que olvidar que el problema del fentanilo corresponde a una crisis de salud en Estados Unidos como gran consumidor de la sustancia, por lo cual este país debe implementar medidas de prevención en contra de las adicciones. La política tiene otras formas de arreglar los problemas, por ello, hay que buscar los medios para lograrlo, no obstante, al estar ante el líder poderoso, autoritario y estratega se complican las cosas; para grandes males grandes remedios, con esto entendemos que “el capitalismo nunca acabará”. Así mismo, es necesario poner atención en lo bueno de todo ello para no caer en el desánimo de que todo está mal.