Acostumbrados o más bien resignados a una Francia laicista desesperada, un hermoso milagro navideño ha barrido, esta vez y parece -en esta feliz excepción- no sólo una vez, el eco habitual de las ideologías de corte ilustrado. Se trata de una iniciativa que también este año continúa en Beaucaire, donde el Ayuntamiento ha instalado un belén siguiendo una tradición que se prolonga desde hace nueve siglos.
Pero, como sabemos, siempre hay quien se siente “ofendido” por algún símbolo cristiano y esta vez, nada menos que el Niño Jesús en su pesebre, nos preguntamos qué tipo de sensibilidad habrá ofendido esta vez. Y debe haberle dado mucha importancia, porque desde 2014 la Liga de Derechos Humanos (LDH) lucha cada año -2024 incluido- por la prohibición del belén en el ayuntamiento, llegando incluso a arrastrar a Nelson Chaudon, quien demandó esta vez,al alcalde de Beaucaire, que no se dejó intimidar y defendió con valentía esta tradición.
TRADICIONES LOCALES E IDENTIDAD CULTURAL
La LDH, sin embargo, publicó un comunicado de prensa el 12 de diciembre para precisar el objetivo de la acción legal. Es decir, asegura que no se trata de prohibir la Navidad. Su principal argumento se basa en la ley de 1905, que promulgó la separación de la Iglesia y el Estado. Recuerda la necesidad de una total «neutralidad de las autoridades públicas respecto de las religiones» y deplora «la renovada inercia de algunos prefectos en esta materia».
En el comunicado, la LDH acusa a algunos cargos electos de «privilegiar su ideología en detrimento de los principios republicanos instalando belenes navideños en los ayuntamientos».
La asociación condena también el hecho de que estos alcaldes «destaquen los orígenes cristianos de Francia».
Pero, a pesar de los diversos intentos de censurar el belén a lo largo de los años, los sucesivos alcaldes, Julien Sánchez (RN) y Nelson Chaudon (RN), no cedieron. Emiél rcoles 18 de diciembre, el alcalde de Beaucaire, Nelson Chaudon, defendió firmemente la presencia de belenes navideños en su ayuntamiento durante su discurso ante el tribunal administrativo de Nimes.
Acompañado de varios partidarios, entre ellos el diputado RN Yoann Gillet, reiteró su compromiso con la preservación de las tradiciones locales y de la identidad cultural de Francia. Sus declaraciones son sencillas, francas e inequívocas: «Es imposible ceder un gramo de cultura, de tradición, de lo que constituye nuestra identidad, a quienes quisieran borrarlo. Beaucaire siempre defenderá lo que amamos.»
LA SITUACIÓN EN ITALIA
Todo lo contrario, lo que ocurrió en un hospital de Piamonte, donde una coordinadora de enfermería ordenó el fin de semana desmantelar el belén instalado en la sala durante el fin de semana.
La mujer motivó su gesto con la habitual excusa de querer respetar la sensibilidad, en este caso, de pacientes no religiosos o de diferentes credos. La cuestión, sin embargo, es que no es sólo un problema de fe sino, como dice el alcalde, de cultura, es decir, no se puede crear una cultura, un país, Europa, si Occidente olvida cuáles son los ritos y las tradiciones culturales. que lo han identificado, es decir, si no hay un pasado compartido.
Para quienes tienen fe, por tanto, el belén es el símbolo del descenso de Dios, pero también para quienes no tienen fe y son europeos, occidentales, tiene un significado y una importancia propia, porque es precisamente lo que cimenta una comunidad, como dejó claro el alcalde de Beaucaire. Para el caso italiano, entonces, quitar un belén tiene menos sentido que nunca, porque ese niño vino, en realidad, simplemente para cargar sobre sí el sufrimiento de los hombres e, incluso para aquellos que no creen y en el caso italiano están en hospital, sigue siendo un mensaje muy importante.
Su censura, en este caso, refleja más que nada el punto de vista muy personal de la jefa de enfermeras que, tal vez, precisamente en nombre del respeto que presume, debería dejar también a los demás la posibilidad de no creer o de profesar otro sí. (y en esto el belén no tiene poder ni influencia) sino también a creer libremente en lo que elijas creer o reflexionar culturalmente.
por MANUELA ANTONACCI.
IL TIMONE/BASTABUGIE/MIL.