La Navidad es ante todo un acontecimiento religioso: es Dios quien se hace niño, es el Logos quien se hace carne.
Como dijo el gran Tolkien a su amigo Lewis: un mito se ha convertido en un hecho.
Fue esta declaración la que derribó el muro de agnosticismo del erudito irlandés y lo llevó a la fe cristiana, de la que más tarde se convirtió en un apasionado apologista. Sin embargo, Lewis nunca abandonó los fascinantes territorios de Mito y Fantasía, creando las apasionantes Crónicas de Narnia.
La Navidad es, por tanto, el relato siempre fresco, vivo y conmovedor de la historia de la salvación.
La Navidad, sin embargo, no es la fiesta del bienhechor que surge de gran parte de la cinematografía, las historias y la publicidad.
Y el buen hacer ni siquiera es lo peor, basta pensar en los cinepanettoni, donde la Navidad no es más que unas vacaciones, en la nieve o en destinos exóticos, que se toman después de la gigantesca comida del día 25.
Las historias de/sobre la Navidad, sin embargo, son otra cosa. Incluso allí donde no se hace explícita la presencia de las figuras del Evangelio, éstas siguen siendo preparatorias para el Bien, sin caer en el mezquino sentimentalismo de la publicidad televisiva, se preparan para el encuentro con la Verdad.
Incluso en el ámbito literario es difícil encontrar productos que estén a la altura, como el famoso Cuento de Navidad de Dickens. Por eso es una agradable sorpresa encontrar el libro de Luigi Vassallo en una librería. Mañana siempre es Navidad. 24 cuentos y una canción infantil. Editorial Ares, pág. 192 euros 14.
Don Vassallo es un sacerdote siciliano que trabaja en Bolonia. Es un teólogo experto en Mariología, pero en este volumen de cuentos se revela como un excelente narrador. A través de sus páginas llega al lector el verdadero espíritu navideño, consecuencia directa del acontecimiento ocurrido hace 2000 años en Belén.
Sus cuentos tienen un humor gentil, porque como decía Thomas Eliot, el humor también es una forma de decir algo serio.
Estos relatos son una reflexión sobre el Misterio de la Navidad, pero también una exploración del alma humana, con esa competencia que poseen los buenos sacerdotes auténticos.
Don Luigi nos divierte, nos hace pensar, nos conmueve. Lo sobrenatural se mezcla muy bien con lo natural, como en la historia inicial donde una enojada señora Ada va a expresar su decepción por la forma en que va su vida a la Oficina de Quejas de Dios, y de repente se encuentra proyectada en la cueva de Belén, al lado de José, María y el pequeño Jesús Y entonces todo cambia, a partir de su perspectiva de la realidad.
Los relatos de Don Vassallo se inspiran también en momentos particulares de la vida real, como la Navidad que vivió Teresa de Lisieux y que fue decisiva en la maduración de su vocación.
Todos los cuentos de esta colección representan una especie de evangelio apócrifo, donde se mantienen los fundamentos de los evangelios canónicos, pero donde con un poco de imaginación se pueden imaginar algunos episodios plausibles.
Al final de la lectura queda una sensación placentera, que no es sólo emotiva: que la Navidad de Jesús nos trae esperanza; Incluso donde hay tristeza, melancolía, oscuridad, dolor.
Una esperanza que es también una certeza: el mal no siempre puede vencer, porque la salvación está aquí con nosotros. Realmente mañana siempre es Navidad.
Por PAOLO GULISANO.
ROMA, ITALIA.