Previo a la realización de “Alumbra la Vida” #AbortoImpensable, la diócesis de Coatzacoalcos, regida por el obispo Rutilo Muñoz Zamora, y diversas organizaciones laicales, entre ellas +Vida +Familia y el Movimiento Familiar Cristiano, refrendaron su compromiso por la vida, la defensa de los no nacidos y controvertir, a través del despertar de las conciencias, cualquier intento legislativo o político que legitime y haga del aborto un instrumento que legitime falsos derechos.
En conferencia de medios, Eduardo Segovia Jaimes, representante en Veracruz de +Vida +Familia, acompañado del padre Misael Martínez, encargado de la Dimensión Vida de la diócesis de Coatzacoalcos, de las licenciadas Mayra Sánchez García, del Comité Estatal de +Vida+Familia, Mónica Mendoza Martínez, directoria de provida Coatzacoalcos y Martha Espinosa, responsable de la Dimensión Vida de la diócesis de Coatzacoalcos, dio a conocer la adhesión a la iniciativa global “Alumbra la Vida” a realizarse el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, en el que más de un centenar de ciudades en Europa y Latinoamérica, realizarán un manifiesto en favor de la vida y hacer del aborto algo impensable en el presente y el futuro.
De acuerdo con el director de +Vida+Familia, en Veracruz, la diócesis de Coatzacoalcos se convirtió en un referente mundial en donde se afianzó y consolidó la iniciativa popular “SÍ VIDA” que reformó el artículo 4o constitucional para blindar la vida desde su concepción hasta su muerte natural considerándola como valor primordial para el ejercicio de cualquier derecho.
De acuerdo con +Vida+Familia, el debate se centraba en la condición del no nacido como un ser humano pleno e independiente; sin embargo, el debate se desvió ahora bajo los argumentos sobre la ponderación de la vida del nasciturus o de la mujer.
No obstante el triunfo legal que consagró el derecho a la vida, la LXV Legislatura del Estado de Veracruz pisoteó la voluntad popular de los veracruzanos cuando el 21 de julio de 2021se reformó el Código Penal del Estado para establecer que el aborto se practique en cualquier momento del embarazo sin sanción alguna.
Al criticar que el aborto es presentado como “algo bueno” enmascarado bajo conceptos como “salud reproductiva”, “derechos de la mujer” “interrupción legal del embarazo” “libre desarrollo de la personalidad”, los responsables laicales y de la diócesis de Coatzacoalcos advierten que la sociedad está engañada negando las verdades objetivas perdiendo el sentido del bien y del mal. Llama a no vivir en la indiferencia ante la gravedad del aborto a nivel mundial y en México. “¡Vivimos una crisis de conciencia moral!”, puntualiza.
Ante tal situación, y por tercer año consecutivo, la diócesis de Coatzacoalcos continúa con la revolución pacífica a través de “Alumbra la Vida” para debatir públicamente sobre la masacre de los niños en el seno materno porque “cada día aumenta el número de niños abortados en todo el mundo”. Igualmente, Segovia Jaimes dejó claro que no se trata de movilizaciones de confrontación ni de protestas para tomar dependencias públicas.
En uso de la palabra, el padre Misael Martínez acentuó que la convocatoria a participar de “Alumbra la Vida” no tiene pretensión política alguna, más bien busca despertar y mover conciencias para impedir el aborto. “No nos corresponden cuestiones jurídicas ni legales, sino despertar conciencias como representantes de la Iglesia”. A su vez, las responsables de +Vida+Familia y del movimiento Provida, Mayra Sánchez García, Mónica Mendoza Martínez y Martha Espinosa subrayaron la urgencia de recuperar el sentido de la vida alertando sobre el invierno demográfico y cómo grandes ciudades del país se están quedando sin niños y jóvenes con el consecuente incremento de la población de la tercera edad.
Este 28 de diciembre, llama a todos los ciudadanos, incluso iglesias de todas las denominaciones, a ser “centinelas de la vida” para encender una luz en las plazas públicas que ya involucra a importantes municipios del sur de Veracruz como Minatitlán y Coatzacoalcos para hacer del aborto algo impensable y plantear una pregunta ineludible: ¿En qué momento nos comenzamos a regir por la moral subjetiva?