En la víspera de las festividades del 12 de diciembre, la arquidiócesis de Morelia da a la feligresía católica un santuario diocesano dedicado a la Virgen de Guadalupe para acoger a los peregrinos que acuden al pedir el auxilio de la morenita del Tepeyac.
En una misa solemne que congregó a cientos de fieles, presbiterio de Morelia, los clérigos franciscanos encargados del lugar de culto, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, acompañado en la concelebración por el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, el franciscano Salvador Rangel Mendoza, dio lectura al decreto que eleva la rectoría de Nuestra Señora de Guadalupe a la categoría de Santuario diocesano considerando su tradición, historia e impacto pastoral entre los fieles de la arquidiócesis de Morelia. Al inicio de la lectura del decreto de erección canónica del Santuario, el arzobispo indicó:
“Teniendo en cuanta que estamos a poco tiempo de celebrar a nuestra madre santísima de Guadalupe e y contento con la gran tradición e historia que durante mucho tiempo ha tenido este templo para venerar esta querida imagen que todos los seres de la ciudad y comunidades vecinas habiendo hecho las consultas necesarias con el único fin de favorecer el ser espiritual y la salvación de los fieles, dispongo que la rectoría de nuestra señora de Guadalupe en Morelia, Michoacán, sea llevada canónicamente a la dignidad de santuario diocesano de nuestra señora de Guadalupe”
De acuerdo con el decreto, en el Santuario se deberán otorgar los medios de salvación como la predicación de la Palabra y la celebración de la liturgia como la eucaristía, la penitencia y la piedad popular concediendo a los peregrinos las indulgencias parciales a los peregrinos que visiten el Santuario además de la celebración de misas votivas cada 12 de mes.
El Santuario será custodiado por los franciscanos de la provincia de San Pedro y San Pablo en la arquidiócesis de Morelia. Para Garfias Merlos, el santuario es una gracia, bendición y privilegio, lugar donde se venera a Cristo y a la Virgen de Guadalupe, además de celebrar la eucaristía y la reconciliación con Dios. “La gracia de ser un Santuario diocesano nos ofrece un espacio de peregrinación y devoción donde se siente la presencia de Dios; de manera especial, se vive la comunión con Él y nuestros hermanos, se experimenta la cercanía divina y se siente su amor y misericordia”, señaló en su homilía.
El Santuario de la Virgen de Guadalupe, uno de los cuatro que delimitaban a la antigua Valladolid, comenzó a edificarse en 1708 concluyéndose en 1716. Entre 1729 y 1737 se construyó una casa adosada al Santuario para uso de los capellanes y desde 1760 se entregó el templo y el edificio anexo a los franciscanos descalzos.
El convento anexo se comenzó a construir hacia 1761 concluyéndose en. 1769. Noventa años después, el 12 de julio de 1859, los religiosos fueron exclaustrados y el convento entró en una etapa de decadencia al ser usado como hospital civil, taller de telas de gusano de seda, sede de la exposición artesanal e industrial de Michoacán, Academia de Niñas y, hasta la primera mitad del siglo XX, hospital militar hasta que en 1967, se ubicó la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.