Del arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, “Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos”

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

HOMILÍA
II DOMINGO DE ADVIENTO
Ciclo C
Bar 5, 1-9; Flp 1, 4-6. 8-11; Lc 3, 1-6.

“Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos” (Lc 3, 4).

In lake’ex ka t’ane’ex ich maaya, kin tsikike’ex yéetel kimak óolal. Ti Le kaap’el domingo ti le advientoa, san Juan Bautista ku t’aniko’on u ti’al ka ek tojkins ek bejo’ob. Juane’ siij seis winalo’ob maili sijik Jesusi. Yaax Ts’eknaj ti, beyxan ya’ax kim ti Jesús. Le aj bobat Isaias yéetel Baruk ku kansik ti to’on ka ek tojkins ek bejo’ob xan.

Muy queridos hermanos y hermanas les saludo con el afecto de siempre y les deseo todo bien en el Señor, en este segundo domingo del santo tiempo de Adviento.

Fuera de los primeros once capítulos del Libro del Génesis, todos los demás pasajes de la Sagrada Escritura se pueden situar perfectamente en la historia, porque son hechos históricos, y es así que el desarrollo de la humanidad se convierte en historia de salvación, porque en ella se ubica la revelación paulatina del Señor a su pueblo de Israel a través de los profetas, cuyas predicciones se cumplieron plenamente con la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios, para dar paso al nacimiento y primer desarrollo de la Iglesia.

Los pasajes de la Escritura no son simples cuentos o historietas, sino la comprensión de la historia conociendo a un Dios que camina en medio de su pueblo, pues hasta los pasajes que no podemos ubicar con precisión histórica, están llenos de verdades teológicas que nos hablan de Dios y de nuestra existencia humana.

San Lucas, que era médico, se preocupó por investigar ordenadamente todos los hechos ocurridos en torno al nacimiento del Hijo de Dios, de sus años de vida pública, y de los primeros años de la predicación apostólica. En el pasaje de hoy, el evangelista ubica el momento preciso en el que Juan el Bautista inicia su predicación en el desierto. Dice que fue en el año 15 del reinado de César Tiberio, siendo procurador de Judea, Poncio Pilato, etc. También inbdica que los pontífices en Judá eran Anás y Caifás. Así que este año se localiza con toda precisión en la historia humana.

Por otra parte, hace alusión al profeta Isaías, quien anunció lo que se realizó en la persona del bautista. En verdad, Juan predicó en el desierto y lo hizo llamando a todos a preparar el camino del Señor, haciendo rectos sus senderos. Como hemos de saber, Juan fue precursor del Mesías en su nacimiento, luego en su predicación y finalmente en su martirio a causa de su predicación.

En la primera lectura de hoy, el profeta Baruc anunciaba al bautista con palabras semejantes a las de Isaías. Dice Baruc: “Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen todos los valles hasta aplanar la tierra.” Sólo que Isaías y Juan llamaban a aplanar el camino para el Mesías que ya estaba cerca; mientras que Baruc pide este camino plano para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. En realidad, no hay contradicción entre las profecías, pues lo que hagamos para preparar el camino del Señor redundará en bien de nosotros mismos y de todo el pueblo.

Los caminos “chuecos” de hoy podemos entenderlos como la corrupción, como toda forma de mentira y de injusticia. Dios nos libre de formar parte de estos caminos. Los senderos accidentados los tenemos hoy en todos los lugares donde hay guerra, violencia e inseguridad y todas las formas de atentados contra la vida humana. Todas las faltas de oportunidades para los pobres y los migrantes que buscan trabajar de forma honesta son caminos intransitables para que venga el Señor.

Baruc anuncia un tiempo de gozo y de paz para el pueblo de Dios representado en Jerusalén, significados en un nombre dado a la ciudad: “Paz en la justicia y gloria en la piedad”. Más adelante dice: “Porque el Señor guiará a Israel en medio de la alegría y a la luz de la gloria”. Así es, todo el gozo que significa la fiesta de Navidad debe recordarnos siempre a Jesús que continúa sufriendo en la persona de los que se encuentran en lugares de guerra, en donde no hay modo ni con qué hacer festejo. Navidad deberá ser un tiempo profético que anuncia el reino de Dios para todos.

EL salmo 125 invitaba al pueblo judío a alegrase por el regreso del cautiverio en Babilonia. También nosotros debiéramos tomar muy en serio la invitación de este salmo. Creo que todos conocemos a la gente que se queja de cualquier cosa, que nunca está de buenas, pues todo les molesta. Un buen cristiano siempre encontrará motivos para alegrarse y para agradecerle al Señor con las palabras de este salmo: “Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor, y estamos alegres”. El pesimismo nunca será característico en una persona de fe y esperanza.

La segunda lectura de hoy está tomada de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. En este pasaje Pablo se expresa muy bien de aquellos cristianos, pero los exhorta a no conformarse con lo que han alcanzado, como si les dijera: “El que no asciende, desciende”, o “el que no avanza, retrocede”. Mientras Jesús no retorne, el esfuerzo por crecer debe continuar. Les dice: “Estoy convencido de que aquel que comenzó en ustedes esta obra, la irá perfeccionando siempre hasta la venida de Cristo Jesús”. La obra es de Dios, pero si nos ponemos cada uno en sus manos, ninguno de nosotros debería resignarse o conformarse, a ser como es, Dios nos puede perfeccionar más y más si somos cera blanda en sus manos.

La obra en nosotros es de Dios, pensemos en lo que nos toca a nosotros hacer, aparte de abandonarnos en sus manos. El apóstol nos exhorta a seguir creciendo más en el amor; así cuando vuelva Cristo Jesús nos encontrará irreprochables, llenos de frutos de justicia. Pues ya sabemos que nuestra religión no consiste solamente en no hacer nada malo, sino en que positivamente demos abundantes frutos que sean del agrado de nuestro Dios.

Mañana es la fiesta de la Inmaculada Concepción, que este año celebraremos litúrgicamente el lunes, por haber caído en domingo. Ojalá que la celebremos debidamente y que no nos falte el rezo del santo Rosario. Igualmente disfrutemos la celebración de la solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe. Contemplando a la “Madre del verdadero Dios por quien se vive” nos mantendremos en el ambiente del adviento.

Que tengan una feliz semana. ¡Sea alabado Jesucristo!

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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