Decir que Netflix ha desatado polémica con el lanzamiento de su nueva película “María”, es quedarnos cortísimos.
Es una producción que ataca directamente la fe católica y los dogmas de la Iglesia. Más grave aún, la plataforma ha elegido el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, para estrenar esta obra blasfema, burlándose de una de las festividades más importantes para los creyentes.
"Traeré este hijo al mundo con amor".
— Netflix España (@NetflixES) November 12, 2024
La película 'María', llega el 8 de diciembre. pic.twitter.com/b6MiLJOzur
El tráiler ya deja entrever la intención de la película: una representación de la Santísima Virgen sufriendo en el parto, una clara contradicción del dogma de la Virginidad Perpetua de María. Según la doctrina católica, el nacimiento de Cristo fue milagroso y no implicó dolor ni afectó la virginidad de María, como lo explica Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica (III, q.28), donde ofrece una sólida base teológica que explica la conveniencia de la concepción virginal de Cristo por cuatro motivos fundamentales:
- Para salvaguardar la dignidad de Dios Padre: Cristo, como Hijo verdadero y natural de Dios, debía nacer de una Madre Virgen. Si hubiese tenido otro padre, distinto del Padre Eterno, la dignidad divina podría haber sido transferida a un hombre común.
- Por la naturaleza perfecta del Hijo:Al ser Cristo el Verbo de Dios encarnado, convenía que naciese de manera pura y sin corrupción. La virginidad de María simboliza la ausencia de cualquier defecto en el acto de la Encarnación, asegurando que el Verbo tomase carne sin mancha de pecado.
- Para preservar la dignidad de la humanidad de Cristo: Como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo(Jn 1,29), Cristo debía nacer de una carne no contaminada por la concupiscencia o el pecado original. Como señala San Agustín, este nacimiento puro recalca que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, ajeno a toda mancha humana.
- Por la misión redentora de Cristo: La concepción virginal prefigura la regeneración espiritual de los fieles. Así como Cristo nació de una Virgen sin intervención humana, los creyentes renacen como hijos de Dios no por deseo carnal, sino por gracia divina (Jn 1,13). Este milagro subraya la perfección del plan salvífico de Dios.
Esto no es un detalle menor ni una simple “exageración de devotos”. La Virginidad de María tiene una importancia fundamental en el plan de la Redención. Santo Tomás señala que la recepción del acto puro, que es Cristo, debía realizarse en una potencia pura, sin rastros de pecado ni de actualidad pretérita. La virginidad perfecta de María es un símbolo de esa pureza absoluta. Además, este dogma está profundamente conectado con eventos clave de la vida de Cristo, como su Resurrección y su paso por las puertas cerradas, expresiones de su divinidad y poder.
La elección de esta fecha para el estreno no es casual. Netflix parece empeñado en provocar a los católicos y trivializar siglos de tradición, fe y enseñanza. Es un recordatorio de cómo las plataformas modernas no dudan en atacar símbolos religiosos bajo el pretexto de la libertad creativa, mientras guardan silencio o muestran respeto hacia otras religiones.
Un católico no tiene razones para dudar de estos dogmas. La Iglesia, con la autoridad que le fue dada por Cristo, ha defendido estas verdades desde hace siglos, y cuestionarlas desde una visión contemporánea carente de fe no solo es ignorante, sino ofensivo.
La omnipotencia de Dios no está limitada por el escepticismo moderno, y quienes atacan la Virginidad de María demuestran una falta de comprensión profunda sobre la belleza del plan divino.
Netflix, al optar por lanzar esta película en un día sagrado, ha dejado claro su desprecio por la fe católica.
Frente a esta blasfemia, es importante que los creyentes respondan con firmeza, alzando la voz contra este tipo de ataques y defendiendo la verdad con la misma valentía con la que los santos han proclamado su fe a lo largo de la historia.