La realidad social y política de México es muy compleja y complicada por la ola brutal de violencia que se ha desatado en algunas partes del territorio nacional y por la ofuscación del estado de derecho por parte de quienes dirigen los destinos de nuestra patria. La Constitución de México tiene como tarea primordial custodiar los derechos humanos fundamentales y regular el poder de las autoridades que gobiernan el país; fincados en este fundamento, es claro que nadie puede invocar cambios en la Constitución de México que pulvericen y anulen los mismos derechos consagrados en la misma Carta Magna. De ahí, que los ciudadanos tienen el derecho y la obligación de vigilar que nadie violente o pase por encima de la Constitución, pues estaría violentando la misma soberanía del pueblo mexicano.
La misma situación de inseguridad, violencia, desigualdad social, pobreza extrema de mucha gente, escasez de medicamentos, problemas del sistema educativo demanda imperiosamente a todos los mexicanos un tiempo de reconciliación y unión común, para que juntos, ciudadanía y autoridades de todos los niveles, busquen proyectos de desarrollo integral que haga la vida más fraterna y solidaria en la patria que es de todos. Es tiempo de prudencia y mesura para tener consciencia de que cada mexicano tiene una gran dignidad y derecho a vivir en la paz y la justicia social.
Es tiempo todavía para que cada ciudadano promueva y construya un ambiente donde se evite la división y la confrontación que tantas discordias provoca en todos los niveles de la sociedad mexicana. Buscar la unidad nacional siempre es posible para salir adelante de tantas problemáticas que aquejan a nuestra patria.
Pbro. Juan Beristain de los Santos