El domingo 6 de octubre del presente año se llevará a cabo la Cuarta celebración Nacional a Favor de la Mujer y la Vida en la Ciudad de México, la cual ha sido convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano. Los cristianos debemos construir una cultura de vida en nuestro país, sobre todo en esta época en la que pareciera que la inseguridad y la falta de estado de derecho desalienta la esperanza. Es necesario promover la unidad de todos los mexicanos, ya que debemos resolver las diferencias que nos separan, para empezar a trabajar en las soluciones de los problemas que amenazan con debilitar aún más nuestro tejido social. Porque las mujeres, los niños y los hombres de esta nación merecemos vivir mejor.
Actualmente existe una falsa contraposición entre la libertad de la madre embarazada y la dignidad del hijo en gestación. Por esta razón debemos generar programas de apoyo que permitan a las mujeres vulnerables salir adelante sin tener que renunciar a su maternidad. Las mujeres necesitan políticas públicas que les permitan desarrollar su potencial y hacer familia. La palabra nación proviene etimológicamente del latinismo “natio”, que significa “nacimiento”. México nace cada día, en cada uno de los niños que son gestados y que se les permite ver la luz del sol al nacer.
El verdadero derecho a decidir consiste en darle a las mujeres embarazadas en vulnerabilidad dos o más opciones, no sólo un camino de muerte. El aborto es una política pública fallida, ya que, en lugar de promover la dignidad de las mujeres, les cosifica y contribuye a la cultura del descarte. Lejos de promover un verdadero empoderamiento femenino, esta práctica puede afectar la salud física, mental y espiritual de las mexicanas. Sabemos que, como un país en desarrollo, tenemos muchos retos, y que a veces, pareciera que no hay presupuesto que alcance para cubrir todas las necesidades de los mexicanos. Sin embargo, la sociedad civil también está organizada y quiere contribuir en el fortalecimiento de una cultura de amor, paz y vida.
Existen organizaciones como VIFAC, Mater filius y AME, que buscan ayudar a las mujeres embarazadas en vulnerabilidad con casa, comida, asistencia médica y ayuda psicológica. También existe organizaciones como IRMA o el Viñedo de Raquel, que buscan proveer de ayuda psicológica y espiritual a las mujeres y hombres que han sufrido pérdidas gestacionales. Y finalmente, pero no menos importante, existe “40 días por la Vida”, quienes en sus campañas buscan rezar afuera de las clínicas y hospitales donde se llevan a cabo abortos, con la intención de concientizar, de manera pacífica, que la vida humana es un derecho humano que debe garantizarse en toda etapa de desarrollo. Ellos, en su labor, son un claro ejemplo de libertad religiosa.
Debemos unirnos a la “Cuarta Celebración A favor de la Mujer y de la Vida” para recordar que el AMOR nos acoge a todos. En UNIDAD podemos visibilizar que las mujeres merecemos políticas públicas que promuevan nuestra dignidad humana, que valoren la vida humana en todas sus dimensiones y que garanticen el acceso a la salud en las verdaderas necesidades de nuestra población; ya que algunas de las agendas internacionales que se han impuesto, contemplan al ser humano como un medio de la política, no como un fin en sí mismo.
