El llamado «conservadurismo» litúrgico no es expresión «retrógrada» o «rígida», sino un anhelo de renovarse en Cristo: obispo

ACN
ACN

Los jóvenes buscadores de hoy se encuentran reprendidos por un Stablishment predominantemente más antiguo, moldeado por la excitación y la ansiedad de aquella época revolucionaria, declaró el obispo Erik Varden, de 50 años de edad, de Trondheim, Noruega.

El prelado habló en una conferencia reciente (CoramFratribus)

Monseñor Varden hizo un paralelismo con la tendencia de mediados del siglo XX de los cristianos occidentales –incluidos los monjes católicos–, que recurrieron a prácticas religiosas físicas del Lejano Oriente como el yoga, al tiempo que abandonaban simultáneamente la liturgia corporal y ritualizada propia del catolicismo tras el Concilio Vaticano II.

«El Occidente cristiano puede prescindir del yoga y debe recuperar la confianza en su propia tradición», explicó el obispo Varden.

Estos son los puntos principales de las declaraciones del obispo Vaden:

– En los círculos católicos, los jóvenes están deseosos de redescubrir aspectos de la liturgia y la práctica ascética que se abandonaron tras el Vaticano II.

– Los jóvenes buscadores de hoy se encuentran reprendidos por un Stablishment predominantemente más antiguo, moldeado por la excitación y la ansiedad de aquella época revolucionaria.

El llamado «conservadurismo» litúrgico de hoy no es expresión de una tendencia supuestamente «retrógrada» o «rígida», pues representa todo lo contrario: un anhelo de renovarse en Cristo.

– El celebrante en el rito romano está sometido a una disciplina moral y corporal. El alma y el cuerpo se preparan de antemano para el Sacrificio eucarístico [Requisito de confesión y ayuno]. Los sacerdotes deben adaptarse a la liturgia y no al revés.

– En cuanto al ayuno antes de la misa [a partir de medianoche], se pedía una cierta revisión de las normas de la Iglesia, como permitir romper el ayuno con agua o medicinas. Pero la erosión fue mucho más allá. La norma actual es ayunar durante una hora antes de comulgar, lo que más o menos sólo impide picar bocadillos en los bancos.

– El sacerdote no es el sujeto de la celebración. Su tarea consiste en desaparecer en las palabras y los gestos que se le asignan, sometiéndose a una realidad objetiva.

La inteligente repetición diaria de ritos significativos es formativa. Las acciones externas afectan a la mente consciente y al espíritu sensible para bien o para mal.

– En una época lastrada por la artificialidad, la retórica plomiza, los cultos a la personalidad fútiles, las «innovaciones» desesperadas de una banalidad espantosa en la puesta en escena, la campaña política y la práctica litúrgica, la búsqueda de una expresión objetiva y devocional en las funciones sagradas me parece acertada y con visión de futuro.

– Evidentemente, muchos sacerdotes habían encontrado asfixiante la antigua forma litúrgica, la misa con sus rúbricas inflexibles, 16 genuflexiones y 52 signos de la cruz. Muchos estaban hambrientos de expresión espontánea. Lo que siguió fue la aparición, a menudo tediosa, a veces destructiva, del sacerdote como personalidad. Dotado o no de mucho carisma, formación teológica o aptitudes para la predicación, era el centro y el foco visual de atención. Tiene una considerable libertad ejecutiva para moldear los ritos según su forma y capricho.

– No parece haber ninguna duda de que la incidencia de los abusos sacerdotales en la Iglesia católica romana aumentó bruscamente desde principios de la década de 1960, coincidiendo con el abandono de la disciplina física y ritual en la vida y el culto.

– Está documentado que el abuso físico casi siempre está preparado y precedido por la manipulación espiritual derivada de reivindicaciones de autoridad personal basadas en alguna idea delirante y semimística que equivale a la afirmación: «Soy especial, estoy al mando, hago lo que quiero».

– Parece miope desestimar el hambre de muchos jóvenes cristianos por el ritual, la ascesis, los símbolos y la formalidad tachándola de nostalgia estúpida, con la acusación suprema de que es antimoderna, antiinclusiva o, en un contexto católico, anticonciliar.

– La consigna del Concilio Vaticano II fue: «¡Volver a las fuentes! Beber profundamente de las fuentes es exactamente lo que quieren los jóvenes. ¿Por qué no ayudarles?

Miércoles 11 de septiembre de 2024.

esnews.

Comparte:
By ACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.
Leave a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *