* Incorpora a su equipo a destacados ex miembros del Partido Demócrata que promueven el aborto
“La traición de Donald J. Trump al movimiento provida ha provocado un feroz debate», advierte Jonathon Van Maren en sobre las fricciones internas entre los partidarios de Donald Trump.
Según los partidarios radicales de Donald Trump, los activistas provida deberían estar eternamente agradecidos de que el expresidente cumpliera sus promesas durante su primera administración, pero ahora deberían a abstenerse de advertir que Trump ha pasado a una posición a favor del aborto .
Esta visión de pretender acallar el cambio pro abortista de Trump, es errónea y estratégicamente contraproducente para la causa provida. Hay demasiado en juego para que los líderes del movimiento guarden silencio ahora. De hecho, el poco tiempo que queda hasta el día de las elecciones es la mejor –y quizás la única– oportunidad para influir en la política de aborto de Trump. Con una estrecha ventaja en muchos estados clave, Trump ahora necesita el apoyo de los conservadores, y es necesario que se lo recuerden”, analiza van Maren.
Como señala Van Maren, debido a las acciones de Trump, por primera vez desde 1984, el Partido Republicano ya no es claramente provida, sino que se opone únicamente a los llamados abortos tardíos:
- Por ejemplo, el 23 de agosto, el candidato republicano afirmó que su administración sería «excelente para las mujeres y sus derechos reproductivos».
- El 25 de agosto, su posible reemplazo, J.D. Vance, dijo que Trump vetaría una prohibición nacional del aborto si llegara a su escritorio.
- El 29 de agosto, Trump anunció que «bajo su administración, el gobierno cubrirá todos los costos relacionados con el procedimiento in vitro o la compañía de seguros estará obligada a cubrirlos».
Según van Maren, muchos activistas provida se engañan con la ilusión de que el giro proaborto de Trump sólo existe para fines de campaña electoral y desaparecerá una vez que asuma la Casa Blanca.
Mientras tanto, la mayoría de los representantes del movimiento provida, como el vicepresidente Mike Pence, que se aseguró de que las cuestiones provida fueran tratadas como una prioridad, han desaparecido del entorno republicano. El propio Trump siempre ha sido partidario del derecho a abortar (como lo confirmó claramente su hijo Eric Trump) y recientemente ha dicho en repetidas ocasiones que, de ser elegido, sería un presidente completamente diferente al anterior.
Los puestos de liderazgo en la futura administración de Trump los ocuparán, entre otros: Robert F. Kennedy Jr, un reciente demócrata pro aborto y Tulsi Gabbard, también partidaria del aborto y del método in vitro.
Los provida reconocen que una administración Harris-Walz sería devastadora para la causa provida. La mayoría de ellos también se da cuenta de que si el victorioso Partido Republicano consolida sus posiciones pro-aborto, el movimiento pro-vida estadounidense compartirá el destino de los pro-vida en Canadá y Gran Bretaña, donde ninguno de los partidos principales está dispuesto a defender los derechos. del feto», advierte van Maren.
“Ambos escenarios serían un desastre”.
Por Jonathon Van Maren.
Jueves 5 de septiembre de 2024.
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