Un informe de investigación de 2022 de Cardus («The Shifting Landscape of Faith in Canada») descubrió que, en general, los indicadores religiosos entre quienes se identifican como católicos han disminuido desde 2017.
Estos indicadores incluían creer en Dios, leer las escrituras con regularidad, tener una experiencia de Dios en la propia vida, rezar con regularidad y asistir a servicios religiosos con regularidad.
Sin embargo, el informe encontró una excepción entre los católicos más jóvenes. Tienen el doble de probabilidades que sus homólogos de más edad de asistir a los servicios al menos una vez al mes. Además, el 81% de los jóvenes católicos expresaron su creencia en la vida después de la muerte, y el 91% de las mujeres menores de 35 años mantenían esta creencia, en comparación con el 60% de sus homólogos de más edad.
BcCatholic.ca (12 de julio) cita al diácono Andrew Bennett, director del Programa de Comunidades de Fe de Cardus, que habla de «un renacimiento dentro de la Iglesia» en «probablemente uno de los países más secularistas del mundo».
Según él, cuanto más secularizado se vuelve el régimen canadiense, más atractivo resulta el catolicismo para los adultos jóvenes (aproximadamente de 18 a 34 años).
Los jóvenes buscan integridad, autenticidad y algo con verdadero poder de permanencia:
La fe católica encierra una verdad objetiva y universal que no es una filosofía que cambia con el viento».
La generación más joven «empieza a desear una vida más tradicionalmente católica», afirma el diácono Bennett.
Si se fija en cualquier iglesia en la que se ofrezca la misa tradicional en latín, no sólo están creciendo, sino que están a reventar».
Una parroquia con muchos adultos jóvenes es la de la Sagrada Familia, en Vancouver.
Kent Grealy, vicario parroquial de la Sagrada Familia, señala que el crecimiento de los jóvenes y las familias ha provocado la incorporación de aproximadamente un nuevo feligrés cada domingo durante casi seis meses.
OTTAWA, CANADÁ.
LUNES 19 DE AGOSTO DE 2024.
ESNEWS.
