Miles de creyentes filipinos salieron a las calles para orar públicamente para que se mantenga la indisolubilidad legal del matrimonio en el país. Esta es la respuesta de la Iglesia a los intentos de introducir divorcios legales allí. Los obispos locales se oponen valientemente a la iniciativa liberal, advirtiendo que causará daños irreparables.
Sólo los adúlteros se benefician del divorcio – dijo el arzobispo José Palma en su homilía durante la procesión del sábado 27 de julio. – Sí al matrimonio y a la familia, no al divorcio – añadió el jerarca.
El primer día del fin de semana pasado, los católicos filipinos de la diócesis de Cebú marcharon por las calles de la capital hasta la Basílica del Bendito Niño Jesús. Cuando llegaron al santuario, el ordinario celebró el Santo Sacrificio por los miles de presentes.
La procesión pública y la oración son un acto de oposición de la Iglesia filipina a la propuesta de legalizar el divorcio, apoyada en segunda lectura hace unos meses por el Congreso nacional. El documento será pronto votado por la cámara alta, que decidirá su destino.
En la homilía conmemorativa, el arzobispo José Palma de Cebú enfatizó que los cónyuges no sólo luchan con dificultades para ser fieles a sus promesas matrimoniales, sino que también se apoyan mutuamente.
No podemos cerrar los ojos ante las muchas alegrías sencillas que experimentan las parejas. Siempre hay luchas y problemas. También vemos la alegría y la belleza de la familia y sólo podemos agradecer a Dios, dijo el Archipastor a los católicos reunidos.
El sacerdote también llamó la atención de los fieles para que nunca consideren la falta de divorcios en su país como un motivo de vergüenza, sino más bien un motivo de orgullo. Sólo los adúlteros se benefician de la disolución del matrimonio, añadió el arzobispo Palma.
Más de 122.000 creyentes firmaron una petición del clero filipino al Senado para rechazar la propuesta de divorcio.
MARTES 30 DE JULIO DE 2024.
PCh24.
