Se necesita «fidelidad heroica» para mantenerse fieles a la Iglesia en estos tiempos: obispo Sanz Montes

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* No hay que desesperar ante aquellos que quieren poner trabas a la celebración tradicional de la Santa Misa.

Peregrinación anual desde la Catedral de Oviedo al santuario de Nuestra Señora de Covadonga (Asturias) ,organizada por fieles católicos laicos, principalmente jóvenes, devotos de la celebración de la Santa Misa según el rito Romano tradicional, a semejanza a la peregrinación internacional París-Chartres.

Reportaje de lo que ocurre, día a día:

Amanece en la Vetusta de Clarín, apenas la plaza se ilumina con los albores del día. Pronto comienza el pulular de peregrinos que se van dando cita en el emblemático lugar para ir organizando los capítulos y el transporte de la carga pesada en camiones y furgones.

Cada responsable de capítulo busca unir a los suyos, repartirles la cinta del color correspondiente y organizar la inminente entrada en la Catedral.

Un sacerdote revestido al modo tradicional bendice los coches de los voluntarios que durante la peregrinación facilitarán la travesía a los peregrinos.

A las 7 en punto comienzan a entrar los capítulos en el templo catedralicio por estricto orden de llamada. En breves minutos se organiza todo y los más de 1600 participantes aguardan el inicio de la ceremonia de bendición de peregrinos.

Hace su entrada el arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes. Alegre y cordial saluda a los 50 sacerdotes que esperan en la sacristía revestidos de traje coral.

Poco antes de las 8 comienza la procesión de entrada con el himno a la Virgen de Covadonga. Una vez en el altar, el señor arzobispo hace una alocución de bienvenida a todos los presentes, a quienes exhorta a perseverar en este camino y a mantenerse fieles a la Iglesia -fidelidad heroica la ha calificado – en los tiempos actuales sin desesperar ante aquellos que quieren poner trabas a esta forma dd celebrar la Santa Misa.

Tras la bendición, se organizó la procesión del clero. Los sacerdotes revestidos de traje coral acompañaron a la imagen de la Virgen de Covadonga hasta la salida de Oviedo, encabezando la columna de peregrinos que partían hacia su camino.

Un camino jalonado de cantos varios, del rezo del Rosario, de la lectura de la catequesis pertinente. Breve descanso y a continuar la marcha hasta Venta del Soto, donde se ha hecho la parada para comer.

Tras la comida y el descanso oportuno, se ha reanudado la marcha hasta el Remediu, donde estaban instaladas las carpas y los altares para la celebración de la Santa Misa.

Los sacerdotes celebraron la Santa Misa y a las 19:15 comenzó la Solemne celebración de la Misa oficiada por el P. Carlos Vecino, actuando como diácono, Jeison Casalinas y como subdiácono, Francisco Palomar. La Misa fue cantada por el coro NSDCE, quien interpretó la Misa IV gregoriana.

Un brioso «Christus vincit» abrió la celebración de la Santa Misa uniendo los corazones de los fieles en un mismo sentir. El sermón estuvo a cargo del P. Antonio María de Araujo de la fraternidad San Vicente Ferrer y con casa en Chémeré le roi (Francia). Un sermón sobre los cuatro fines de la Santa Misa pero desde las cuatro frases que todo cristiano debe dirigir a Dios: «Te adoro» (fin latreutico), «Te pido perdón» (fin reparador), » Te doy gracias» (fin eucarístico) y » Te ruego» (fin impetratorio).

Durante la celebración hubo gran cantidad de sacerdotes confesando. Al término de la Misa, la gente fue a cenar a sus respectivos lugares hasta la hora de la adoración eucarística. En ella, los jóvenes pudieron pasar una velada al lado de Jesús Sacramentado, reparando, rogando y adorando.

El día se cierra en el silencio de la noche. Es ahora cuando un manto de estrella vela el sueño de nuestros peregrinos. Dios no deja de derramar amor ¿Para qué temor?

Por P. Francisco Torres Ruiz.

Domingo 28 de julio de 2024.

info vaticana.

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