Tras las protestas populares que no dan señales de disminuir, el gobierno de Perú ha decretado el estado de emergencia por 30 días, a partir del 15 de enero, en los departamentos de Cusco, Lima y Puno, en la provincia de Callao y en varias otras regiones.
Según la información recogida por Fides, se incluyen cinco carreteras nacionales. La misma medida prorrogó por diez días el toque de queda en el departamento de Puno, epicentro de los disturbios. La presidenta Dina Boluarte se disculpó por las decenas de muertos provocados por los disturbios en el país, y en todo caso descartó su dimisión. Dos ministros, Interior y Asuntos de la Mujer, renunciaron inesperadamente el 13 de enero y fueron reemplazados de inmediato.
Desde el 7 de diciembre de 2022 estallaron protestas en todo el país tras la destitución del Presidente de la República, Pedro Castillo y su posterior detención por intentar disolver el parlamento, seguida de la juramentación de la nueva Presidenta Dina Boluarte, quien fue suplente de Castillo.
Las protestas han involucrado a miles de personas, que piden la dimisión de Boluarte y elecciones anticipadas. Pese al estado de emergencia, el toque de queda nocturno y la promesa de adelantar las elecciones a 2024, las protestas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad no han disminuido, incluso con el bloqueo de carreteras y vías de comunicación.
La última cifra de muertos comunicada por la Defensoría del Pueblo habla de 50 personas muertas.
El domingo 15 de enero, el Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, presidió la celebración Eucarística en la Catedral Basílica de Lima, en comunión espiritual con todas las Iglesias de la nación y con todos los que sufren, familiares, policías, médicos y los muchos jóvenes que murieron durante las protestas en el país, cuyas fotografías fueron colocadas en el altar. “Nuestra Iglesia está unida a nuestro pueblo, porque el Señor lo ha llamado ‘Pueblo de Dios’, pueblo de su propiedad”, subrayó Monseñor Castillo.
La consternación y el dolor por esta situación fue expresada por el Arzobispo, quien subrayó: “La Iglesia tiene una reflexión fundamental, espiritual. Las investigaciones, las interpretaciones políticas, económicas y sociales pertenecen a otras esferas. Nosotros no vamos a la derecha ni a la izquierda o en el centro, profundizamos. ¡Esta es nuestra misión! Todo se puede perfeccionar si vas al fondo de las cosas». Luego recordó las palabras del Papa Francisco en su visita a Lima el 18 de enero de 2018, dirigidas en particular a los jóvenes: «No os dejéis robar la esperanza», y destacó que hoy diversos acontecimientos e intereses «intentan robarnos la esperanza». de comunidad humana llamada Perú, pueblo que sufre y cree, y que tiene la misión de poder esperar».
Comentando las lecturas del día, y deteniéndose en particular en el testimonio de Juan Bautista, con su actitud de espera y paciencia, Monseñor Castillo comentó: “A veces pensamos que los acontecimientos son neutros, sin Dios, pero hoy estamos aquí, para indicar, como Juan Bautista, que Jesús está presente en esta tragedia peruana… En nuestro dolor por la muerte de los 49 hermanos asesinados de diversas formas en los últimos días, no estamos solos, ni ellos ni nosotros, Dios está ahí… Jesús está en el rostro de cada víctima, y cada víctima representa también el rostro del Dios de los humillados, de los aniquilados, que en sus rostros dormidos pronuncian la palabra: ¡Paz!, palabra que desafía, interroga, que se dirige a los verdugos. . Y a cada uno de nosotros se nos hace esta pregunta: ¿Qué has hecho Caín?, ¿dónde está tu hermano?, ¿dónde está
Invitándonos a asumir una mentalidad de paz, en nuestra forma de ser y actuar, el Arzobispo nos invitó a buscar caminos pacíficos para resolver los grandes interrogantes de cada región pobre del país, advirtiendo: “No es necesario liquidar el Estado, que costó tanto construir… No creemos que destruyendo el Estado se arreglen las cosas, porque destruyendo el Estado acabamos sumidos en el caos y en manos de un solo poderoso que reducirá nuestras vidas a migajas ”.
Finalmente, la invitación a «perfeccionar lo que hemos construido y a corregir lo mal construido, pero hagámoslo con tranquilidad, con conciencia, con reflexión… Tratemos de concentrarnos en el sentido de estas muertes injustas, que llaman cambiar y tratar de construir un país hermano, un país de hermanos que se unan, se entiendan y colaboren”.
Por SL.
LIMA, PERÚ.
MARTES 17 DE ENERO DE 2023.
FIDES.