Los acontecimientos recientes de los días 7 y 9 de septiembre, donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dejado muy en claro su criterio sobre el derecho a la VIDA, así como el desconocimiento de la autonomía de las Entidades en el pacto Federal y la violación de su soberanía, nos deja en claro que nos encontramos ante un Estado tiránico cuyos criterios políticos se imponen a la voluntad de unos cuantos.
La invasión que la SCJN realizó en la esfera competencial y de atribuciones contenidas en las facultades reservadas a los Estados en el pacto federal, se debe considerar en todos sus aspectos inconstitucional, pues las atribuciones de esta Corte no pueden invadir la soberanía de los Estados y mucho menos dar entrada a ideologías, sobreponiéndolas al derecho natural; cabe preguntarse, ¿y la soberanía del pueblo, ¿dónde queda? La Iniciativa popular, que diera lugar a una reforma constitucional local, en la adecuación de las leyes, acorde a una realidad social para proteger la vida a rango constitucional (local), ¿Se debe someter al criterio de la Corte, pese a que violenta la voluntad popular?
El problema de lo acontecido radica en que no se realizó una correcta ponderación de orden y grado en la prevalencia de los derechos; pues en lugar de atender, en primera instancia, los derechos primigenios (de primer orden), como lo es el derecho a la VIDA, hicieron exactamente lo contrario. Este derecho debe ser reconocido, protegido y tutelado por todo orden jurídico en primer lugar, pues éste sustenta el sentido y ejercicio de los demás derechos, para así garantizar la existencia y subsistencia de la humanidad.
Es evidente que la SCJN obedece a un orden de interés político e ideológico, dado que los argumentos esgrimidos carecen casi en su totalidad de carácter jurídico; en el Estado de Coahuila, de manera deliberada fracturaron la Ley, permitiendo que las madres puedan matar a sus hijos desde el vientre materno; mientras que, de manera más perversa, en Sinaloa, se bloquea totalmente la posibilidad de poder proteger el derecho a la VIDA desde la Constitución.
¿Cuándo íbamos a imaginar que estaríamos a merced de un pequeño grupo de 11 togas (de solvencia moral muy cuestionada), con capacidad de pisotear la soberanía de los Estados, desconociendo su competencia, para poder definir el origen de la vida humana, el concepto de “persona” y el orden de los derechos humanos?
Así es, de manera dolosa se incluyen argumentos que, en vez de proteger a la mujer, fortalecer un sistema de salud fallido (omiso en garantizar la seguridad en un país que apesta a muerte) han hecho exactamente lo contrario, garantizar el derecho a la muerte. Está más que claro que los políticos en turno ven con saña a las mujeres mexicanas, como un botín político, caldo de cultivo para sus planes a corto, mediano y largo plazo. Pues a lo largo de los últimos años, se han encargado de fortalecer de manera ruin y perversa la confrontación entre la mujer y las doctrinas religiosas, en particular con la Iglesia, cuando la realidad es que, para la Iglesia de Cristo, la mujer tiene un lugar excelsamente privilegiado.
¡Seguiremos defendiendo lo que es nuestro! No podemos quedarnos sometidos ante la tiranía de 11 togas que son rotadas a voluntad del ejecutivo en turno. Asumimos nuestra responsabilidad en la lucha ante este contexto, como laicos y como Iglesia. Continuaremos trabajando de manera incansable por la VIDA, la FAMILIA y las LIBERTADES en Veracruz y en todo México.
ATENTAMENTE
¡Es Tiempo de Vida, Tiempo de Familia!
Xalapa-Enríquez Veracruz
12 de septiembre de 2021
COMITÉ ESTATAL DE +VIDA+FAMILIA
